Zimbabue
Viajar a Zimbabue es visitar el corazón del sur del continente africano. Su idioma oficial es el inglés, fruto de la colonización y posterior independencia de Reino Unido en la década de los 60 y también es el país con el índice de desarrollo humano más bajo del mundo. Su paisaje natural y salvaje es la base de un turismo en busca de animales en entorno libre y safaris de reconocida fama. Los khoisan o bosquimanos fueron los primeros pobladores de este territorio hasta la llegada de los portugueses en el siglo XVII, estas tierras junto a otras limítrofes fueran las últimas colonizadas por el mundo occidental. El oro y el comercio de esclavos fueron importantes para el desarrollo del país y en el siglo XIX, la llegada de los británicos en busca de minas terminó con la hegemonía portuguesa.
Está dividido en 8 provincias y dos ciudades con un rango más elevado, Bulawayo y Harare, la capital del país. El río Zambeze, las cataratas Victoria, el río Limpopo, la selva costera y la sabana arbolada son alguno de los enclaves más importantes en la geografía del país. Es uno de los países africanos con una cultura tremendamente arraigada donde combinen las costumbres más ancestrales como aquellas adoptadas por el mundo occidental, sobre todo en el deporte como el fútbol, cricket, hockey... sus pueblos son grandes productores de arte en diferentes vertientes, como cerámica y cestería, así como de una profunda cultura musical propia. En él viven más de 12 millones de personas en sus casi 400.000 km cuadrados de extensión y no tiene salida al mar, aunque está muy cerca de las costas del océano Índico.
Viajar a Zimbabue es visitar su capital Harare para conocer el modus vivendi de los habitantes del país, ya que es sede política y comercial del mismo. Casi tres millones la habitan, la mayoría de raza negra y su economía se basa en las minas de oro e industrial como la textil, acero y química. La riqueza de estos sectores contrasta con la poca calidad y progreso de vida que le llega finalmente al ciudadano de Zimbabue. Harare fue fundada a finales del siglo XIX por el colonizador británico, Cecil Rhodes. Y tiene algunos atractivos como, por ejemplo, el museo nacional reina Victoria, la biblioteca municipal, la catedral anglicana, el parlamento, la galería nacional del país, el ayuntamiento, la calle quinta, el jardín botánico, el centro cívico, amplias avenidas de jardines y árboles, plaza de la unidad de África, jardines Harare, la galería Delta, la oficina central de correos, la Avenida Union o la Livingstone, archivos nacionales... Zimbabue también tiene otras localizaciones a tener en cuenta como Chapungo Kraal, la montaña de los tambores, el parque de atracciones lago Chivero, Domboshawa, el jardín Ewanrigg, Heroes Acre, el parque de los leones, lago Kariba, parque Nacional Matusadona, parque Mana pools, Mutoko, Umtali, Mutare, el parque nacional Rhodes Nyanga o el Chimanimani, los Montes Vumba, el Arco Iris, las cataratas Diablo, el santuario natural de Zambeze, la reserva de cocodrilos, el parque nacional Wankie, Bulawayo, Masvingo, las ruinas del reino Monomotapa y un sinfín de localizaciones naturales más dignas de admirar.
La artesanía de Zimbabue es algo a tener en cuenta. Destacan sus instrumentos musicales autóctonos, telas impresas a mano, manteles bordados, piedras preciosas y cestería. Y para comer, mucha carne, especias y hierbas también verduras, cereales y multitud de guisos, sobre todo. El arroz suele presentarse con pescado, muy consumido entre la población. Algunos platos famosos son puré de maíz, la trucha, ternera o pollo con salsa...Para beber, zumos, refrescos y agua embotellada.
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