Viajar a Chile

Chile

Viajar a Chile es viajar al extremo sudoeste de América del Sur y a uno de los países más estables política y económicamente hablando de esta región del planeta. Una de sus especiales características es un largo tamaño, 4.270 km, y su escaso ancho, como mucho 445 km. El estrecho de Magallanes, la cordillera de los Andes, el océano Pacífico o la Antártida son alguno de sus enclaves geográficos más famosos. Se independizó de España en la primera mitad del s. XIX y en él viven casi 17 millones de personas. Habitado desde, aproximadamente, el 14.800 a. C por los restos encontrados en la zona de Monte Verde, diferentes comunidades indígenas han poblado sus tierras. Cuenta en su haber con la enigmática isla de Pascua, uno de los focos turísticos más importantes del país. En el siglo XX, dos hombres, Salvador Allende y Augusto Pinochet marcaron su historia más reciente, repleta de conflictos internos, pero de la cual se recuperó rápidamente en su camino a la democracia. Está formado por 15 regiones y 54 provincias y fue uno de los países fundadores de la ONU además es uno de los países latinoamericanos más avanzados en derechos humanos y con mayor nivel de vida. Posee un importante número de montañas y lagos con una gran biodiversidad, un entorno natural que forma parte de su gran atractivo, desde el desierto del Norte Grande, hasta la los famosos ríos Chungará y Lauca o la región de los Siete Lagos. En la zona sur predominan las lluvias y por lo general presenta altísimas temperaturas en verano y bajas en invierno, con cotas de nieve pronunciadas en los puntos más altos. El condor andino es su ave más famosa y todo un símbolo del país, al igual que las llamas. Posee pingüinos en su parte antártica y una gran cantidad de mamíferos, aves y diferentes tipos de árboles. Los criollos y los mestizos son los dos grandes grupos étnicos del país, el español es su lengua oficial y el catolicismo la religión predominante. Además presenta la tasa de población menos migratoria de su continente y destaca en ciencia, cultura -dónde sobresalen las historietas, su cine y su literatura-, y deportes. Económicamente, sus bazas más importantes son la minería, cobre, litio, pesca, acero, madera, maquinaria de transporte, cemento y textiles, sin embargo tiene pocos recursos energéticos. Su capital es Santiago de Chile, una gran urbe de más de 5 millones de habitantes en el sur del país y que aglutina al 36% del total de la población. Las zonas verdes, sin embargo, se reducen año tras año y está situada en la cuenca hidrográfica del río Maipo.

Alguno de sus lugares de interés predilectos son, la catedral, el cerro de san Cristóbal, la plaza Italia, la plaza de Armas, el mirador Los Dominicos, el mercado central, el santuario El Plomo, casa Colorada, edificio de correos, convento de san Francisco, el palacio de la Moneda, la estatua de la virgen María, el cementerio general, el parque Forestal, la Quinta Normal, el parque O´Higgins, el planetario, barrios pintorescos y comerciales como Bellavista, Suecia o Brasil, museo ferroviario, la biblioteca nacional, museo del mirador, el museo de los Tajamares, el Artequín, el museo de arte contemporáneo, la fuente bicentenario, la famosa calle huérfanos, centro cultura palacio La Moneda, el valle nevado, paseo Lastarria, la calle New York, el museo de la memoria y de los derechos humanos, iglesia santos Sacramentos, las casitas, parque san Borja, teatro municipal, zoológico, el museo de la moda o el de arte precolombino, el parque por la paz, Fantasilandia, el templo Votivo, la famosa calle dieciocho o el museo de Colo Colo, entre otros. A parte de la capital, hay otros enclaves a tener en cuenta como la ciudad de Valparaíso, san Pedro de Atacama, el parque natural de Torres del Paine  de Punta Arenas, Tomé, las playas de Zapallar, Natales y la Patagonia chilena, Concepción o Viña del mar, entre otros.

En cuanto a sus souvernirs y productos típicos, destacan sus alfombras, cerámica para la cocina, guitarreras -figuras de mujeres-, cestería crin de caballo, numerosos productos de madera, figuras mitológicas, mates, productos en cobre y orfebrería diversa. Viajar a Chile es probar gran cantidad de productos del mar, asados de carne y un conjunto de comida entre la indígena y la herencia española junto a productos autóctonos. Platos tan conocidos como el curanto en plato, almejas a la parmesana, ajiaco, charquicán con judías, carne de cerdo, encebollado de huevo, puchero, tortillas, empanadas, caldillo de congrio, porotos... y un largo etcétera demuestran la variedad de la comida chilena. En los postres, melones, sandías, alfajores, membrillos, leche asada, compota, brazo de reina o churros, por ejemplo. Y para beber, vinos autóctonos, la chicha y el pisco chileno así como la mistela.