Viajar a Azerbaiyán

Azerbaiyán

Viajar a Azerbaiyán es trasladarse a la fría zona del Cáucaso, frontera histórica entre Asia y Europa, y clave en el comercio entre ambas. Con más de 9 millones de habitantes, es también uno de los últimos países de moda en cuanto a turismo se refiere. Y es que Azerbaiyán es también de los más modernos y tolerantes de esta región del Asia occidental siendo la primera república democrática del mundo islámico. Habitada desde la Edad de Piedra, el pueblo de los escitas fue el primero no nómada que terminó habitando de forma perenne sus tierras. Tras ellos, sasánidos, albaneses y bizantinos las ocuparon hasta aproximadamente el siglo X, dónde pasó a manos de diferentes dinastías de origen persa hasta que, finalmente, el país fue incorporado al Imperio ruso en 1813 e independizado posteriormente de él en 1991, conservando la herencia rusa en aspectos sociales y folclóricos pero iniciando su propia historia y la modernidad de sus infraestructuras con relativa rapidez.

Azerbaiyán está formada por 10 regiones administrativas y es también uno de los países más estables política y económicamente de su región, con excelentes relaciones internacionales con numerosos países del resto del mundo. La lucha contra el terrorismo y la corrupción, asegura, es también una de sus prioridades. Sus costas están bañadas por el mar Caspio y el Gran Cáucaso, los montes Talysh y el Cáucaso Menor cubren cerca del 40% de la superficie del país, caracterizada por la existencia de un elevado número de ríos y lagos diferentes, aunque de escasa longitud, entre ellos sobresale el lago Sarysu y el rio Kurá. Es un país con una gran variedad de flora y fauna, pese a sus bajas temperaturas y sus nieves constantes, sobre todo en el norte y el caballo Karabaj es uno de los emblemas más populares. En su economía destaca el petróleo, la pesca, la minería, el sector manufacturero y el alimentario. Su idioma principal es el azerí, aunque el ruso está bastante extendido, y culturalmente puede presumir de una gran cultura literaria, arquitectónica y artística propia. Como curiosidad, fue uno de los primeros países donde llegó el cine.

Bakú es su capital, en la costa y con más de 2 millones de habitantes -de los 9 que tiene la totalidad del país-. Es el epicentro de la vida social, política y económica de Azerbaiyán y se fundó en el siglo VI d. C. Posee un clima templado, y mucho menos frío que el resto del estado, lo que le hace gozar de un pujante turismo durante buena parte del año. Es una ciudad próspera gracias al petróleo y en ella se aglutinan algunos de los monumentos más admirables del país, como por ejemplo, la vieja ciudad amurallada y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la torre de la doncella, el palacio de los Shirvanshahs, la torre de tv, la mezquita del viernes, la universidad estatal, el templo Ateshgah, Gobustan Rock art, la torre Maiden, la plaza de la fuente, el museo de literatura, el de historia, el parque nacional Absheron, su bonita bahía y su puerto, entre un largo etcétera. Además es un país propicio para el senderismo, los deportes en plena naturaleza y con un turismo de spa y salud en creces.

Su artesanía se basa en el cobre y en la cerámica, también en los tejidos estampados y en las alfombras, así como la seda y las figuras hechas a base de metal, hierro y forja. Viajar a Azerbaiyán es probar su gastronomía dónde el pescado, la carne -sobre todo la ternera y el pollo-, y el arroz forman parte indispensable de su dieta. También es un país donde predominan las especias y los vegetales, además de las sopas -debido a sus bajas temperaturas-. Algunos platos populares son la tortilla kukú, pescado con avellenas, guisos de remolacha y alubias, ensalada de caviar rojo, pimiento amargo, cordero con nueces, infinidad de platos hechos a base de pasta como sulú-jingál, jamrashí, umach, kurza, dushpará...kebabs, esturión, pescado relleno...y de postre, pasteles de caramelo, de avellanas y de bombones. Para beber, sorbetes con menta y albahaca y una inmensa tradición y variedad en té.