Viajar a Nepal es visitar el mismo monte del Himalaya. Este país sin salida al mar y colindante con la India y China, destaca por sus montañas y por albergar también una de las cumbres más altas del mundo, el monte Everest. Tras unos recientes conflictos internos y el fin de la Monarquía, se haya actualmente en una etapa de transición y es el hinduismo su religión más practicada. Es un estado pequeño pero que sin embargo aglutina a casi 30 millones de habitantes. Se encuentra dividido en 14 zonas y Katmandú es su capital. Posee cinco estaciones, verano, monzón, otoño, invierno y primavera. Su Parque Nacional de Chitwan en el sur, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es un lugar idóneo para el hábitat de centenares de tipos de aves así como de rinocerontes, caprinos y antílopes tibetanos, uno de los emblemas del país. Se trata de un país formado gracias al conjunto de una gran cantidad de etnias, la nepalí es la más numerosa, la cultura India tiene gran arraigo en el país y es uno de los países del mundo con más diversidad de flores. Debido a su pluriculturalidad, en él se hablan cantidad de lenguas. En la economía, la agricultura emplea al 80% de su población y acapara casi dos cuartas partes del PIB. La energía hidroeléctrica y el turismo son otros de los puntales. Las infraestructuras del país así como las evoluciones se están desarrollando paulatinamente aunque siguen siendo algo insuficientes para su despegue definitivo. Es el productor de mostaza más importante de Asia. En su capital. Katmandú residen tan solo un millón de personas. Habitada desde tiempos del Neolítico, la mitología ha sido parte importante de su historia y, en definitiva, de todo el país. Ocho ríos fluyen por la ciudad y su humedad es bastante alta. Desde los meses de mayo a septiembre, las lluvias son abundantes. El movimiento hippie aumentó hasta hoy en día un tipo de turismo de reflexión interior y natural diferente al que se practica en buena parte del mundo.
Cuando se planea un viaje a Nepal, la primera parada, por tanto, debe ser su capital Katmandú. Algunos lugares de interés son el templo de Krishna en Patan, la plaza Soaltee Crowne, el templo de los monos, el mercado Durbar de la ciudad, Pashupatinath, el monte Everest, Stupa de Swayambunath, la fiesta de Indra Jatra, el templo de Manakamana, el valle, Bodnath, el jardín de los sueños, la casa de la Kumari, el carro de Patan,la ciudad de Boudha, Thamel, la freak Street, el valle de Langtang de impresionantes vistas, el templo dorado, palacio de La Kumari, Swoyambhunath, la curiosa fiesta de febrero dedicada a uno mismo, el valle de Totapani, Tahiti Tole, el lago sagrado de Gosaikund, el monasterio blanco, la estatua de Hanuman. Otros puntos importantes en Nepal dignos de visitar en todo viaje que se precie es el centro histórico de Bhaktapur y la plaza Durbar además de su templo, el crematorio de Pashupatinath, Lukla, Pokkhara ideal para hacer senderismo, las calles de Patan, Lumbini en Pokhara donde nació Budha, la cordillera de Annapurna, el templo de Dakshinkadi en Pharping, Panauti o el lago de Phoksundo en Nepalganj.
Viajar a Nepal es contemplar sus productos ancestrales como, por ejemplo, los cuencos de bronce del Tibet, máscaras y marionetas en papel maché, alfombras, cuencos de madera o plata, thangkas que son unas pinturas murales de carácter religioso o los tradicionales cuchillos o khukuris. En su gastronomía, las carnes de cerdo, yak, búfalo o pollo abundan, así como los platos de arroz y verduras. Alguno de sus manjares predilectos son las verduras con lentejas, tortitas fritas o chapatis, momos -parecidos a los raviolis-, gurr-patatas asadas a la parrilla-, dhal baht -una sopa de arroz- o tsampa-cereal autóctono-. La carne de vaca no se come, es un animal sagrado, ¡ojo!. En repostería, destacan las cuajadas y la ghee -mantequilla líquida de leche de búfalo-. Para beber, te con leche o especias, leche, el raskshi de arroz, jelebis picante o la cerveza tibetana, charg.
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