Viajar a Eslovaquia

Eslovaquia

Viajar a Eslovaquia  es adentrarse en un estado estado centroeuropeo interior de fuerte tradición celta. Está dividido en ocho regiones diferentes y posee algo más de 5, 3 millones de habitantes. De tradición católica, posee un clima templado pese a su posición geográfica y es uno de los países europeos con menor tasa de nacimientos. Es una potencia automovilística, su sistema bancario está en manos de entidades extranjeras y debido a sus bajos sueldos ha conseguido atraer a muchas empresas, lo que le ha hecho desarrollar una industria importante. Su proximidad con Austria y Hungría hace que el país tenga una especial relación cultural y comercial con éstos.

Su capital es Bratislava y está situada a orillas del rio Danubio. Es la ciudad con mayor densidad de población de Europa central y está ubicada en los montes Cárpatos, el segundo sistema montañoso más amplio del continente. Es el centro histórico cultural del país y es conocida por su tradición multicultural. Posee un elevado número de teatros, museos, galerías, salas de conciertos, cines, clubes de cine e instituciones culturales, muchas de ellas en edificios que rememoran la arquitectura barroca de los Habsburgo y su pasado glorioso que merece la pena visitar. La plaza de Hlavne, donde se halla el viejo edificio del ayuntamiento, es el emblema de la ciudad. También lo son las calles Michalska, Zelena Ulicá y Venturska, dónde se puede encontrar el auditorio infantil Mozart Franz Liszt.

La academia istropolitana, la catedral de San Martín, el castillo de Bratislava, la iglesia de santa Elisabeth - de art noveau-, el palacio Palffy, el palacio Primacial, la puerta de san Miguel -resto de la fortificación medieval que rodeaba la ciudad- y la iglesia de los franciscanos son de visita obligada en un viaje a Eslovaquia. También lo son otros enclaves importantes que esconde la geografía eslovaca dónde planear varios viajes como la ciudad de Bardejov -patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO-, la gótica Kosice, la minera Banska Stiavnica, Komarno -que aún conserva su antiguo sistema de defensa contra los turcos-, los pueblos de madera de Vlkolinec y la vinera Svaty Jur.

A la hora de ir de compras, es importante adquirir los tradicionales souvernirs de cristal en el mercado Uluv, en el caso antiguo de Bratislava. El país también es un importante enclave sobre las últimas tendencias en moda. Y uno de sus principales manjares son los knedlas, panes blandos al baño maría. La carne de cerdo o goulasch, el brindzove halusky -pasta casera con queso y bacon-, la col agria, el uso de manteca y las gulas -carnes de res, cebolla y pimiento molido-, son otro de sus alimentos típicos.