Viajar a Guadalajara

Guadalajara

Viajar a Guadalajara es visitar a una de las localidades más céntricas del país, a tan solo 55 km de la capital de España, en el valle del río Henares. Considerada una ciudad dormitorio de la capital, Guadalajara tiene una importante historia propia repleta de  nobles e hidalgos y unos tesoros arquitectónicos importantes. Disfruta de una temperatura templada durante todo el año y los primeros indicios de su fundación datan del s. VIII y de carácter al-andalusí. La conquista cristiana y, sobre todo, la familia Mendoza ya en la época moderna marcarían la arquitectura y la historia de la ciudad. Actualmente casi 85.000 habitantes forman parte de su población que tiene sus bazas económicas en sectores como la industria pesada y semipesada y la innovación. Es una de las regiones más industrializadas y menos endeudadas del país.

Planear un viaje por esta tierra, casi más madrileña que manchega, es visitar su real Alcázar del s. IX, el torreón de Álvar Fáñez, los restos de su anterior muralla, la puerta de Bejanque, el puente de las Infantas, el fuerte de san Francisco, el palacio de los duques del Infantado, el convento de la Piedad, el patio de los Leones, el palacio de Antonio Mendoza, el palacio de la Cotilla o el de Dávalos, el ayuntamiento, la Diputación, la prisión provincial, el hostal del reloj, otros palacios como el de la condesa de la Vega del Pozo, la iglesia de san Nicolás el Real, ermitas como la de san Sebastián o san Roque, la iglesia de santa María Micaela,  el colegio de las Adoratrices, el convento de san Francisco u otros como  el de san José, el de las Carmelitas de  Abajo, del Carmen o el de la Piedad, la iglesia de san Ginés o la de los Remedios, la románica iglesia de la Asunción, el lavadero de Iriépal, la fuente de Valdenoches, otras iglesias como la de la Concepción o  de la Purísima, la plaza de los caídos en la Guerra Civil, la calle Mayor, el puente de Henares, la Alcallería, el monumento al conde de Romanones, el monumento a El Abrazo, el panteón de la Duquesa de Sevillano, el pantano de Entrepeñas, el museo de la ciudad u otro como el de los tapices, el del viaje a la Alcarria o la exposición de trenes antiguos, el parque de las Lomas o el de la Constitución y parajes naturales como el Sotillo, el Clavín,  Peña Hueva y la finca de Castillejos, entre otros.

A la hora de traerse un recuerdo de esta localidad, se puede optar por hacerse con miel de la Alcarria, relojes de mesa, abanicos, velas y representaciones en miniatura de su arquitectura. En cuanto a su gastronomía, platos típicos como las cabezas de cabrito asadas, judías al puchero, bacalao alcarreño, mígas serranas, perdices estofadas, pisto, ensalada de codornices, conejo con setas, trucha escabechada, revuelto de setas, hornada de Zamajón que es una empanada con carne en su interior, ancas de rana fritas, judías con chorizo y quesos de cabra, muy populares. Los productos de la caza son, por tanto, la base culinaria de la cocina de esta región central de España. Viajar a Guadalajara es probar sus albóndigas en dulce como postre con requesón, huevos y azúcar, las harinosas -empanadilla rellenas de uva-, o sus bizcochos. Y para beber, cerveza o vino de la región.