Navarra
Viajar a Navarra es hacerlo a una de las provincias españolas con más solera y distinción, fue Reino hasta 1841. Está situada cerca de los Pirineos y limita con Francia, con la que siempre ha tenido una estrecha relación ya que la parte de la Barra Navarra formó parte del Reino de Navarra hasta 1512, cuando formó parte oficial de Francia y dónde aún hoy en día se habla también euskera. La conforman más de 650.000 habitantes y un tercio de su población de aglutina en su capital, Pamplona. Se divide en cinco merindades y tres regiones. Tiene un clima propiamente montañoso y se diferencian en ella dos zonas geográficas, la montaña al norte y extensas llanuras al sur, conocida como la Ribera. La industria es el núcleo duro de su economía y siempre ha sido considerada una zona bastante próspera. Sectores como el del automóvil, la maquinaria y otros relacionados con elevados niveles tecnológicos han predominado en su parqué empresarial, lo que demuestra la ventaja económica de este provincia cuyas tasas de desempleo suelen estar bastante alejadas de la media nacional. Su número de PYMES es muy elevado, y el sector servicios así como empresas de producción alimentaria también son importantes. Posee una de las tasas más altas en calidad de vida en España y tiene dos idiomas oficiales, el euskera -hablado sobre todo en el norte- y el español, más en el sur.
Un viaje a Navarra es, obligatoriamente, visitar su capital Pamplona. Situada a ambas orillas del río Arga, tiene un área metropolitana que supera los 300.000 habitantes. El turismo siempre ha sido importante, como también lo ha sido en toda la provincia atraídos por el turismo de naturaleza, deporte y monumental de primer orden. La industria minera, química, metalúrgica y minera, además de la relacionada con la energía o el agua son muy importantes. El comercio minorista es primordial en la ciudad, superando a la presencia de las grandes empresas. Con un clima entre atlántico y mediterráneo, está rodeada de montañas y valles, cuenta con 16 barrios y huertas a escasos metros del mayor núcleo poblacional. Viajar a Pamplona es visitar algunos puntos fijos como son su ciudadela, su casco antiguo, la céntrica plaza del castillo, el moderno parque Yamaguchi u otros como la Taconera o de los sentidos, el monumento a los encierros -los sanfermines, su fiesta más popular, celebrada en julio-, la cuesta de santo Domingo, la catedral, la iglesia de san Cernin, el parque media luna, el palacio de Navarra, el acueducto de Noáin, la plaza del conde de Rodezno, el palacio de Condestable, la puerta del socorro, la avenida Carlos III, el foso, la ronda barbazana, la iglesia de la milagrosa, el redín, la capilla de san Fermín, el puente de la Magdalena, el valle de Ultzama, iglesias como la de san Agustín, san Francisco Javier o san Lorenzo, el Civican, plazas como la de la Virgen de la O la consistorial, calles como la de la zapatería, la mayor o la de curia, el paseo de ronda o museos como el de Navarra o el diocesano. También son importantes de visitar las bibliotecas públicas, el archivo general de la ciudad creado en la primera mitad del s. XIX, el centro cultural el Planetario, el teatro Gayarre, fuentes como la de Neptuno o de la calle Descalzos, el paso del camino de Santiago, el medieval puente de Rochapea o el romano de Miluce o la cámara de comptos reales, un emblemático edificio gótico del s. XIV, entre otros muchos. Navarra también tiene otras localidades dignas de tener en cuenta en un viaje como Tudela, Baquedano, Otsagabia, el castillo de Javier, Leitza, Erratzu o Erronkari, todas ellas caracterizadas por la impresionante belleza natural de sus paisajes.
De compras por Navarra cabe tener en cuenta la adquisición de joyas, complementos, productos artesanales, souvenirs típicos, muebles, cuadros, objetos de vidrio, cuchillería y otros enseres. En cuanto a su gastronomía, en un viaje a Navarra hay que deleitarse con sus carnes, sobre todo de caza, embutidos y vegetales. La carne de cerdo, la trucha navarra y verduras y hortalizas como los pimientos, setas, habas, espárragos y las pochas son muy populares. Sus quesos también son bastante famosos. Algunos de sus platos estrellas son el rabo de buey guisado al vino tinto, cordero al chilindrón, pimientos piquillo rellenos de carne, perdices, bacalao al ajoarriero, alcachofas con jamón, borrajas al horno, migas de pastor, revuelto de setas, menestra de verduras, cocido tudelano, pastel de liebre y embutidos varios, dónde destaca el chorizo. No obstante, la cocina navarra es una de las más extensas y la variedad de platos es infinita. Después de comer, destacan postres tan populares como la leche frita, canutillos de crema o cuajadas, entre otros. Y para beber, el vino y el pacharán.
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