Viajar a Finlandia

Finlandia

Viajar a Finlandia es hacerlo a un país nórdico extenso, el sexto en Europa, pero también de los menos poblados respecto a su tamaño, con poco más de 5 millones de habitantes. Con un pasado vinculado a Suecia y Rusia, es independiente desde 1917. Apenas un siglo de historia que, sin embargo, no ha sido impedimento para que se haya convertido en uno los más prósperos del continente. Sus niveles de corrupción están entre los más bajos del mundo y su estado de bienestar entre los más altos, lo que le convierte en uno de los destinos preferidos para tener una vida equilibrada con multitud de servicios y garantías sociales.

La capital del país es Helsinki, en el sur -ya que el norte del país es, debido a sus bajísimas temperaturas, de las zonas más despobladas del planeta-. Caracterizada por su arquitectura neoclásica cuenta con una brillante selección de museos: el de deportes, el Kiasma sobre tecnologías y arte moderno, el de diseño, el de arte del ateneo, el de fotografía y, como no, el nacional de Finlandia. La plaza del senado es de las más concurridas así como el monumento a Sibelius, todo un signo de la historia del país. Sus dos mayores catedrales son, la ortodoxa catedral Uspenski y la luterana de Helsinki, famosa por la visión de Engel en blanco. Viajar a Finlandia es viajar obligatoriamente a la isla Suomenlinna, declarada Patrimonio de la humanidad por la UNESCO y que se encuentra al final de la línea costera del sur del país y su origen es militar, y a la iglesia de piedra o iglesia de Temppeliaukio, un lugar de culto subterráneo dónde se celebran conciertos de música.

Este país ofrece interesantes cruceros para recorrer sus costas y forman parte de los mayores éxitos de este país a la hora de viajar a Finlandia, como también sus innumerables saunas, que ponen de manifiesto la afición de los finlandeses por éstas desde tiempos inmemorables y una gran afición a los deportes -sobre todo el patinaje- dónde, por ejemplo, su estadio olímpico ofrece una torre de 72 metros de altura desde dónde ver toda la grandiosidad del país. Otros lugares a tener en cuenta son la casa de la ópera, el teatro nacional, la bolsa, las calles modernistas de Kanavakatu y Vyokatu, Kisko, el puente del amor repleto de candados y el impresionante parque de la peste.

Dividido el país en 19 regiones, la Laponia finlandesa es otro lugar mítico donde planear un viaje. La economía del país está basada en la energía, la madera, la ingeniería o la silvicultura, entre otros sectores. También es importante el diseño, campo dónde destaca especialmente. Ir de compras por Finlandia es caro y también lo es su gastronomía, aunque la comida rápida abunda en el país. Entre los objetos más habituales, objetos hechos con asta y piel de reno, pieles turkki de gran calidad, cristal o cerámica finlandesa internacionalmente reconocidas, y productos ahumados.

En su gastronomía destaca el pescado y las verduras fermentadas. El porilainen es un sándwich típico con salchicha, cebolla y pepinillos, entre otros. El lucio, la trucha, la perca o el aranke los pescados más consumidos. También lo son las sopas de frutas, el kalakukko -pastel relleno de pescado y puerco-  y, por supuesto, el salmón.