Viajar a Hungría

Hungría

Viajar a Hungría es, sin duda, toda una aventura histórica sin precedentes en Europa. Por ejemplo, un 97% de la población húngara es magiar, es decir descendientes directos de las tribus ugrofinesas y turcas que se mezclaron con las tribus de ávaros y eslavos en el siglo IX d.C. Siempre en medio de batallas y conflictos, Hungría viviría un periodo de gran esplendor convirtiéndose en uno de los imperios más importantes de la vieja Europa. Los Habsburgo marcaron la historia del país en la edad media, y la Primera Guerra Mundial acabaría por desmembrar lo que quedaba del aquel gran reino, anexionando parte de su territorio. El cruel periodo de la Alemania nazi, especialmente sangriento para los húngaros, su periodo comunista y sus posteriores tensiones acabarían con el reconocimiento, por fin, de una democracia liberal parlamentaria hace apenas un año. Y es que con casi diez millones de habitantes y una de las tasas más bajas de nacimiento, este país centro europeo parece vivir una renovación constante con una economía moderadamente al alza gracias a las inversiones extranjeras y dónde el sector privado respalda hasta el 80% del PIB. Está dentro de la UE pero no de la zona euro y sus materias primas -y con ello su agricultura- son de las de peor calidad de todo el continente.

Y es que viajar a Hungría es planear un viaje a la bucólica ciudad de Budapest, su capital, origen y cuna de innumerables cuentos y leyendas. Para todo aquel que desee viajar a Hungría debe tener presente que su capital, travesada por el río Danubio, es miembro de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial con una herencia cultural rica y brillante. Está dividida en 23 distritos - dónde destacan por su interés los barrios de la calle Ady Endre, Csillágtelep, de Királymajori, de Vízmű y el de la calle Árpády - y sus calles principales son Váci Utca y la avenida Andrassy, ideales para ir de compras. El castillo de Buda, que dicen creó la ciudad, el parlamento  y el majestuoso puente de las cadenas son sus eternos símbolos. La ópera, la plaza de los héroes con las estatuas de los siete fundadores de la capital, el mercado central, la ciudadela y sus grandes vistas, el mirador del bastión de los pescadores, el laberinto del castillo de Buda, la sinagoga judía y las ruinas desenterradas en el s.XIX de la antigua e importante ciudad de Aquincum son otras de las citas obligadas en todo tour por la ciudad que se precie (a parte de sus numerosos parques, jardines e iglesias, de los que puede presumir).

El lago Balatón es el lugar elegido por los húngaros para ir de vacaciones. Y sus gentes son muy aficionadas al uso de balnearios. Hungría es un conjunto de costumbres y herencias adquiridas con el tiempo: arquitectura romana y baños turcos, iglesias góticas y museos barrocos, Art Nouveau y cafeterías vienesas. Entre otras ciudades importantes para viajar cabe destacar Debrecen, la 2ª más importante del país. Es famosa por su colegio y su iglesia protestante y su bosque. También cabe resaltar, el enclave paisajístico de Ferto, la cueva de Aggtelek, la barroca Gyor, la pantanosa Hortogáby, la industrial Miskolc, el museo de pintores húngaros de la villa de Szeged, la artística Szentendre, la vitivinícola Tokay o la ciudad de Pécs, que alberga una de las universidades más antiguas de Europa.

Entre sus productos típicos, vino o tokaj aszú, paprika dulce o picante, paté de ganzo, muñecas de porcelana, madera decoradas, paté de ganzo, manteles, centros de mesa  o servilletas bordadas, además de especies diversas. Y entre su cocina destaca la afición de los húngaros por la comida picante, las verduras, el salami, la manteca de cerdo y las salchichas ahumadas. En los postres, es inevitable en un viaje a Hungría probar la dobostorta, un pastel de moca y caramelo y para beber una típica bebida digestiva pero amarga llamada unicum.