Viajar a Italia

Italia

Viajar a Italia es visitar arte monumental por los cuatro costados. El país de la pizza es una de las potencias más destacadas del planeta. Capital del  mar Mediterráneo, está compuesto por un territorio en forma de bota y dos islas, Sicilia y Cerdeña. Mientras que los estados independientes de San Marino y Ciudad del Vaticano están ubicados dentro de su territorio. Tiene una economía basada en la industria y en el sector servicios. La textil y la automovilística han sido clave para su progreso y la agricultura siempre ha sido un punto importante en sus exportaciones. Posee una población que supera lo 60 millones de habitantes y existen grandes diferencias sociales y económicas entre en norte y el sur del país.

Su capital es Roma y también lo es en cuanto a turismo, punto clave en su economía. Esta histórica ciudad, que compite con París en la denominación como "ciudad del amor", alberga un gran número de localizaciones a tener en cuenta: la fontana de Trevi, el coliseo romano, el panteón de Agripa, el foro, el palatino, el bohemio barrio de Trastevere, la villa Borghese, las catacumbas, el arco de Constantino, las temas de Caracalla, pedir un deseo en la boca de la verdad, el castillo sant Angelo, el circo máximo, el ara pacís, el área sacra... y así un sinfín de puntos para planear antes de viajar. Otro de sus puntos geográficos más importantes es Milán, capital financiera del país y la capital mundial de la moda. En su visita, el turista debe dejarse caer por el monumental Castello Sforzesco, los jardines de Porta Venezia, el museo de arte, la iglesia de santa María de Grazie, la piazza del Duomo y, como no, disfrutar de su completísima oferta nocturna que, aseguran, es la mejor del país.

Viajar a Italia es visitar Florencia y su característica importante como museo al aire libre que ofrece al turista toda una vuelta al pasado. El duomo, la campanille (la catedral), el baptisterio de san Juan Bautista, la piazza de la Signoria, el palazzo Vecchio, la galería deggli Uffizi, las plazas de san Croce y san Marcos, el palazzo Pitti y sus innumerables edificios religiosos son idóneos para todos aquellos estudiosos e interesados en el arte. Napolés, de carácter más alegre, está situada al sur del país y es otro enclave importante Recorrer las calles vía Toledo, vía Chiaia y vía San Gregorio Armeno es contemplar un sinfín de monumentos, edificios impresionantes y tiendas comerciales. Recorrer la Spaccanapoli es disfrutar de más vestigios históricos de la ciudad, el complejo de santa Clara, la catedral de san Gennaro y por supuesto las calles y túneles subterráneos de la ciudad desde la plaza de san Gaeatano son de visita obligada.

Otras ciudades a tener en cuenta son la turística Venecia y sus góndolas para observar como sobrevive una ciudad "sobre" las aguas; Turín con su catedral que alberga la Sábana santa y uno de los museos egipcios más importantes del mundo; Genóva dónde se dice que nació Cristobal Colón y que tiene en lugares como la piazza de Ferrari, la de Dante, su famoso puerto, la iglesia de san Mateo y la noble vía Garibaldi como los emblemas de la ciudad; la rica y marítima ciudad de Bari; la juvenil Bolonia; Palermo; Verona; Parma: Peruggia; Reggio Calabria y Reggio Emilia; Catania: y en auge, Trieste son solo algunas de las muchas ciudades que alberga este país con el mayor número de tesoros artísticos y monumentales de Europa.

Para comer en Italia es imprescindible probar su rica variedad de pasta, recetas repartidas por todo el mundo y una dieta basada en la mediterránea con el aceite de oliva y las verduras y vegetales como máximos exponentes. También posee gran cantidad de panes y quesos. Un menú típicamente italiano siempre debe estar formado por unos entrantes fríos o calientes llamados antipasti -como embutidos o carpaccios-, il primo o primer plato -suelen ser risottos, patatas, sopas o pizzas-, il secondo -carnes, setas o pescados, como la dorada- y el postre, dónde el tiramisú y los helados, mandan.