Viajar a Polonia

Polonia

Viajar a Polonia es visitar uno de los países más grandes del continente europeo, limita por el norte con el mar Báltico y presume de importantes montañas y un espectacular paisaje verde, que cubre casi el 30% de país. Es ejemplo de la evolución económica de los años 90 del pasado siglo. Al dejar a un lado la impronta soviética, dónde la agricultura era su principal fuente de ingresos, el país empezó una modernización sin precedentes -aunque muchos la comparan con la sufrida en España en la década de los setenta y ochenta- que, aunque si bien la agricultura continúa siendo un puntal importante, la mejora en la industria, las infraestructuras y la modernización de este gran país ha sido vital. Las desigualdades en el país son importantes y el este, cerca de Rusia, sigue presentado un lento desarrollo. Su economía está sustentada también por la industria petroquímica, la producción de abonos, automoción y construcción de barcos, hierro, carbón, acero, textil y gracias a sus exportaciones a los otros países de la UE y a las iniciativas apoyadas por esta y por el Banco Mundial ha saneado sus cuentas públicas. Polonia aglutina una población de 40 millones de personas, su lenguaje es el polaco, la religión es el catolicismo y la gente más joven suele dominar el inglés, aunque el alemán también tiene cierta importancia. Está dividido en 16 provincias o voivodias.

La capital es Varsovia, aunque la antigua capital, Cracovia, sigue teniendo un papel muy importante. En todo viaje a Polonia que se precie, es obligatorio visitar ambas ciudades para entender la historia de un país, eternamente ocupado por invasiones extranjeras hasta épocas contemporáneas. El centro de Varsovia fue destruido en la década de los 40 pero su posterior reconstrucción fue tan exacta que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es una de las diez mayores ciudades del continente, y los productos financieros son importantes. Es el centro neurálgico del país a todos los niveles y la sede de importantes empresas extranjeras, inversiones que continúan in crescendo. Las dedicadas a la electrónica, la alta tecnología y la alimentación son las más destacables. Entre sus lugares de interés cabe destacar la bolsa de 1817, el casco antiguo o Stare Miasto, el palacio de la cultura y la ciencia, los jardines del palacio de Wilanów y Lazienki, el palacio real, la columna Zygmunta del s. XVII y que homenajea al rey Segismundo III, la catedral de Swietego Jana del s. XIV, el museo de historia, el artístico barrio de Nowe Miasto, el barrio judío de Muranów con su sinagoga, el monumento a los héroes caídos en 1943, la prisión y dos cementerios, el contemporáneo Warsaw Trade Center, el bohemio barrio de Praga, el museo de Chopin, la comercial calle Nowy Swiat, palacio Wilanow, la fortificación o Barbacana, la torre del reloj, edificio Wedel, palacio sobre el agua, las estatuas a las sirenas, baños reales, el teatro de la isla o la catedral de san Juan, entre otras muchas localizaciones.

Cracovia también esconde importantes puntos turísticos que cabe visitar como la iglesia de santa María con tu trompetista, el impresionante castillo Pieskowa Skala, los restos del muro de la ciudad ya que en ella vivía hacinados un enorme conglomerado de judíos, las minas de sal de Wieliczka, el castillo de Wawel, la plaza mayor, sus altos edificios de belleza singular, las diferentes sinagogas, la iglesia de san Andrés, el bonito pueblo de Kazimierz dolny, el conmovedor campo de concentración de Birkenau, el palacio del Ariete, el impresionante Auswicht y un sinfín de sitios más, restos de la historia del país. La portuaria ciudad de Gdansk también es importante al igual que la comercial Lódz.

En todo viaje a Polonia hay que hacerse con alguno de sus productos típicos. Cuna de filósofos, escritores e intelectuales, el país tiene una producción artística y literaria sin igual, y recorrer sus mercadillos y librerías es una opción a tener en cuenta, aunque sus libros estén en polaco, su decoración e importancia son dignas de conservar. Entre sus productos típicos se encuentran, la ropa bordada a mano, el ámbar, la cerámica decorada, figuras de sus sirenas callejeras, cajas de madera tallada, figuras del dragón de Cracovia, vasos de cristal con el nombre del país o alguno de sus muchos vodkas, herencia rusa, como no. Mientras, su gastronomía está basada en sopas, carnes -sobre todo de cerdo- y cereales. La remolacha o el queso, con Denominación de Origen, también son importantes en su dieta. Algunos de sus platos más famosos dignos de probar en este viaje son el bigos a base de col agria, carne, setas y ciruelas, los pierogi una pasta rellena de carne o verduras, chłodnik - sopa fría con remolacha y leche-, kaczka z jabłkami -pato asado con manzanas- y como postres, el sernik o tarta de queso y la szarlotka, una tarta de manzana. Para beber, el vodka puro o a base de hierbas. El pan de centeno es importante también en la dieta polaca.