Viajar a LISBOA

Lisboa

Viajar a Lisboa es visitar la histórica capital de Portugal, en la desembocadura del mismo río Tajo. Fundada en el siglo XII a. C también es una de las más antiguas de Europa y en ella residen actualmente cerca de 3 millones de personas, teniendo en cuenta su gran área metropolitana. Mirando eternamente a la inmensidad del Océano Atlántico, Lisboa conserva aún el atractivo de antaño, calles empedradas, arquitectura  romántica y unas calles empinadas que atrapan al minuto uno a cada turista que la visita. Se divide en 53 freguesías o parroquias y su centro histórico se compone de siete colinas, causantes de lo empinadas de sus calles. En su geografía destaca el Parque Forestal Monsanto con casi 10 kilómetros cuadrados y posee una temperatura  similar a la de las ciudades más mediterráneas de España. Habitada desde el neolítico, Lisboa también fue visitada por los celtas y hoy en día sus orígenes siguen siendo motivo de discusión entre los que defienden que fue es griego y los que dicen que es fenicio. Durante las Guerras Púnicas, los romanos arrebataron a Cártago la Península Ibérica y con ella, incluida, Portugal.

En Lisboa, los romanos construyeron un teatro y un anfiteatro, entre otros muchos descubrimientos y la dotaron de gran relevancia. Más tarde, fue una de las urbes más importantes de Lusitania hasta la llegada de los árabes en el siglo VIII. Fueron cerca de tres siglos de disputas y ataques a la ciudad, donde vikingos y el Alfonso II rey de Asturias intentaron hacerse con su control. Perteneció a la taifa de Badajoz y en el siglo XII con la Reconquista, la ciudad volvió a ser cristiana convirtiéndose años más tarde en capital del país. Poco tiempo más tarde, fue epicentro de las expediciones portuguesas por África y América e incluso tuvo un papel importante en el breve periodo en el que Portugal pasó a formar parte de España gracias a Felipe II. Su etapa contemporánea ha tenido otros importantes acontecimientos: fue invadida por Napoléon, sufrió especialmente la guerra civil de finales del siglo XIX y en ella tuvo lugar la Revolución de los Claveles en 1974 que puso fin a la dictadura que reinaba en el país desde los años 20. Desde entonces, Lisboa se ha convertido en una capital moderna y cultural, donde gracias a su puerto puede presumir de ser la ciudad más rica de Portugal. Su arquitectura contempla muchos periodos importantes de la historia y sus tranvías son la mejor estampa de su estilo de vida

Realizar un viaje por Lisboa es no perderse alguno de sus puntos más populares como, por ejemplo, el Castillo de San Jorge, el Barrio de la Alfama, la Catedral de Lisboa, el Convento do Carmo, la zona de Belém, el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém, La Baixa, el Teatro Nacional Doña María II, la Praça do Comércio, el Rossio, el Monasterio de los Jerónimos, el Acueducto de las Aguas Libres, las plazas de Comercio y Rossio,la Praça dos Restauradores, el Elevador de Santa Justa, el Teatro Nacional Doña María, la Avenida da Liberdade, la Praça Marquês de Pombal, las Avenidas Novas y la Ciudad Universitaria de Lisboa, Chiado, el Parque das Nações y la Alta de Lisboa, el Centro Cultural de Belém, el pavilhão de Portugal, la Estação do Oriente, la Torre Vasco da Gama, el Oceanário de Lisboa, el Palácio Nacional da Ajuda en la freguesía de Ajuda, el Palacio de las Necesidades actual sede del Ministerio de Asuntos Exteriores portugués, el Palacio de Belém en la freguesía de Belém, la Biblioteca Nacional, museos como el Museo Nacional de Arte Antigua, el Museo Calouste Gulbenkian, el Museo de Chiado, el Museo de la Farmacia y el Oceanário de Lisboa, el Coliseo de Lisboa, el Aula Magna, los auditorios de la Fundación Calouste Gulbenkian, el Centro Cultural de Belém y el Pabellón Atlántico, entre otros.