Viajar a Guatemala

Guatemala

Viajar a Guatemala es viajar a un montañoso país de tradición maya situado en América Central. Pese a su pequeño tamaño, es habitado por más de 15 millones de personas y la población indígena ocupa la mitad de su demografía. Los españoles colonizaron este país bañado por el océano Pacífico y el mar Caribe en el siglo XVI y estuvieron en él hasta principios del s. XIX. Dejaron el idioma y un avance en las infraestructuras del país. En su relieve destaca Cordillera de los Cuchumatanes  que atraviesa el país y la sierra Madre del Sur. Una guerra civil y un genocidio indígena marcan su triste historia más reciente de la cual se ha recuperado aunque su economía sigue estando anticuada y digna de ser revisada. País forestal de tierras fértiles cuenta con una gran cantidad de minerales, unas potentes inversiones en infraestructuras ayudarían de forma importante su economía. Es uno de los países con más volcanes del mundo, dónde destacan el Tajamulco, santa María, volcán de fuego o el de Tolimán, entre otros, y también destacan sus caudalosos ríos como el Cahabón, el Motagua  y el Dulce. Tiene más de 400 km de playas que hacen, junto a su entorno natural, sus dos máximos atractivos. Está dividido en ocho regiones y 22 departamentos, su clima es tropical y tiene más de 200 áreas protegidas en todo el país. El sector agrícola con el azúcar, bananas y café como principales productos, así como la ganadería y la pesca son partes importantes en su economía. El turismo está en continuo ascenso -destacan los cruceros- y otras áreas potenciales son aparatos eléctricos, pinturas, farmacéuticas, bebidas, textiles y transformación de la producción alimentaria. La Ciudad de Guatemala es su capital y llega a superar los 4 millones de habitantes. Se fundó sobre una vieja ciudad maya, Kaminaljuyú, aunque tal y como se la conoce ahora no sería hasta finales del s. XVIII. Está ubicada a gran altitud respecto el nivel del mar, sufre de inclemencias meteorológicas, se divide en 25 zonas diferentes y es el epicentro social, económico y gubernamental del país.

Recorrer Guatemala, es adentrarse en los rincones más importantes que ofrece la Ciudad de Guatemala. Algunos de ellos son, palacio Nacional de la Cultura, la catedral de Ciudad de Guatemala, el parque Jocotenango, Portal del Comercio, el palacio de la Policía Hipódromo del Norte y Mapa en Relieve, edificio de correos, museo del Ferrocarril, teatro Nacional, municipalidad de Guatemala, el autónomo nacional, la casa MIMA, el reloj de flores, el cerro del Carmen, el centro cultural de España, museos como el Miraflores o el del traje indígena, el mapa en relieve, mercado central, Irtra Petapa, Majadas, zona viva, el zoo, el acueducto, el museo Popol Vuh, las cien puertas, la casa del águila y el distrito cuatro grados norte de eminente carácter cultural, la famosa calle del arco, el cerro de la cruz, la iglesia de nuestra señora de la Merced, el parque Central, el museo del libro antiguo, casas de antigua, la universidad de san Carlos o la ermita de santa Cruz. No obstante, viajar a Guatemala es también dejarse caer por otros emblemáticos sitios del país, dónde destacan el lado de Atitlán, el castillo de san Felipe en Morales, la importante ciudad de san José, Totonicapán y su original iglesia de san Andrés Xecul, Taxisco y sus playas, la isla de Flores, Chichicastenango y su iglesia, Quiché, Cobán o Puerto Barrios.

La artesanía guatamalteca es eminentemente tradicional y confeccionada, la mayoría, a mano, a la antigua usanza. Destacan sus productos en alfarería, cerámica y porcelana, carretería, cestería, marionetas, mosaicos, marcos, tapices, vidrieras... y a la hora de comer, una fusión de comida indígena y española. La carne, el maíz y el frijol son parte importante de su dieta, y también los productos procedentes de la pesca. Algunos platos populares son el plátano frito con miel, tamales rellenos, sopas y guisados de res o pavo, revolcados de carne, estofado de gallina, caldo de mariscos, yuca con chicharrón, arroz con apio, caldo de frutas, sopa de marisco en leche de coco, pepián con pollo o ensaladas de fiambre. De postre, paciencias a base de harina, huevo y limón, dulces de leche o de coco, naranjas confitadas o higos, por ejemplo. Y para beber, café, horchata, limonada, licores y bebidas con connotaciones espirituales.