Viajar a Armenia

A caballo entre Europa y Asia, se sitúa este país sin salida al mar de apenas tres millones de habitantes que perteneció a la Unión Soviética hasta principios de la década de los 90 del siglo pasado. Pese a su proximidad con Turquía, la religión predominante es el cristianismo y pese a sus escasas dimensiones, posee alfabeto e idioma propio, el armenio.

La sede política y económica del país es su capital, Ereván, que también actúa como epicentro artístico y cultural. Es el centro de la producción industrial y del comercio agrícola, clave en la economía de Armenia. Viajar a Ereván es visitar su característica ópera, el mercado, la catedral Grigor Lusarovich, la academia de ciencias, el museo de historia, la galería nacional -situada en la Plaza de la República y todo un homenaje al arte soviético de antaño- y el museo a las víctimas del genocidio armenio.

A diferencia de otros países del bloque comunista, posee una extensa y desarrollada infraestructura en autopistas, carreteras y líneas férreas que permiten conectar al turista en su viaje a Armenia con una gran cantidad de monumentos considerados Patrimonio de la Humanidad, eso si todos vinculados con la religión católica como, por ejemplo, el Monasterio de Geghard, excavado en una roca en el famoso valle del Azat. También es importante visitar el yacimiento arqueológico de Zvartnots del s. VII, el conjunto de iglesias de Ejmiatsin -la ciudad más santa del país y la sede del katholikos, el jefe de la iglesia apostólica armenia-, los monasterios de arte medieval de las ciudades de Haghpat y Sanahin, la fortaleza de Amberd, el templo romano de Garni o el monte Ararat, nombrado en la Biblia y con presencia de nieve todo el año debido a su altitud.

Los productos artesanales fabricados en madera, piedra o cerámica azul y blanca son muy habituales en Armenia y las cajas o las figuras en miniatura son los souvenirs más preciados. También lo son las colchas, las mantas, las alfombras y los chales con decoración típica armenia, los broches y pitilleras, las balalaikas - instrumentos de música triangulares-, o los brazaletes de ámbar. Y en el terreno gastronómico, es famosa la sopa de yogurt -debido a la importancia de los lácteos en este país-, los platos confeccionados con calabaza o col y el khorovats, una barbacoa típica a modo de pinchos con verduras y carne de cerdo o cordero.