Viajar a Almeria

Almería

Viajar a Almería es trasladarse al extremo sureste de la Península Ibérica. Rodeada de diferentes sierras, como son la de Gádor, Alhamilla y el Cabo de Gata y abierta por completo al mar Mediterráneo, cuenta con más de mil años de historia desde su fundación por los romanos. En ella residen cerca de 200.000 habitantes y con los años ha ido aumentado su importancia socioeconómica debido a sus comunicaciones y su puerto y aeropuerto. Tiene un parqué empresarial numeroso dónde priman, en el 85% de los casos, las PYMES. Antes de la crisis económica era una de las pocas provincias españolas consideradas en albergar pleno empleo. El turismo es un puntal de su economía, pero sus exportaciones agrícolas, similares a las de la próxima Región de Murcia, siempre han sido importantes. Las industrias manufactureras y siderúrgicas son las más numerosas, como también lo es la del mármol. Las calles de las tiendas, el Paseo de Almería, la Puerta de Purchena y la Rambla del Obispo Orberá son el punto neurálgico y comercial de la ciudad, que está dividida en ocho barrios y, a su vez la provincia, en 17 núcleos de población.

En todo viaje a esta localidad, perteneciente a la comunidad autónoma de Andalucía, hay que visitar sitios como, por ejemplo, el estadio de los juegos del Mediterráneo, el parque Nicolás Salmerón, la puerta de Purchena, la Rambla de Belén, la plaza de la Constitución, su centro histórico de carácter andalusí, el parque de Almadrabillas, la casa de las mariposas, la medieval plaza Bendicho, los refugios de la Guerra Civil, el cable inglés -un cargadero de mineral-, la Alcazaba, la casa del Cine, los Aljibes de Jayran, sus baños árabes, su desierto del oeste lugar de rodaje de épicos westerns nacionales y de Hollywood, el paraje de Karst, Sierra Nevada y la alpujarra almeriense, las aguas de los baños de Santiago en Guarros, las playas turísticas de Roquetas de Mar o Carboneras, los viñedos de Laujar de Andarax, el parque natural Sierra María-Los Vélez, Bayárcal que es el pueblo de más altura de la provincia, las pinturas rupestres de las cuevas de los Letreros, Alhama y sus termas, el balneario de san Nicolás, Santa Fé de Modujar y sus yacimientos de la Edad de Cobre, las casas blancas de Mojácar o visitar en la sierra de los Filabres, el Observatorio Astronómico en la cumbre del Calar Alto. Almería también es ideal para la práctica de deportes de riesgo y acuáticos.

Entre sus productos típicos, en todo viaje hay que adquirir sus típicas figuras de Indalo y otros recuerdos de su pasado prehistórico. También las jarapas o alfombras y la gran tradición en cerámica decorativa. Para comer, nada mejor que viajar a estas tierras andaluzas, irse de tapas y probar su gran surtido de productos del mar como el rape, el calamar, el pulpo o la caballa. Las verduras y las legumbres típicas de la huerta son muy consumidas y parte importante en muchos platos, entre los que destacan el caldo colorao con pimentón, patatas bravas con ajopollo, al ajoblanco, el bacalao al estilo almeriense, el gambón, las migas de sémola, los gurullos o las patatas a lo pobre. Y para después, bizcochos con cabello de ángel, leche frita, roscos de anís, tortas de chicharrones o los papaviejos. En cuanto a los caldos, la mistela es muy consumida entre su población.