Viajar a Gerona

Gerona

Viajar a Gerona es hacerlo a uno de los espacios más cautivadores e históricos de la zona este de España. Sus calles y avenidas, adornadas por un sinfín de vestigios históricos que le proporciona su casco antiguo, transportan al turista a una ciudad bucólica y medieval como pocas. Habitada por casi 100.000 personas tiene, a parte de sus tranquilas costas, un turismo basado en los alojamientos rurales, la naturaleza y la imponente belleza de sus calles y su impresionante historia como su valor más seguro. Económicamente, es la región de Cataluña con menos fraude fiscal y la más saneada y encuentra en sectores como la alimentación, la construcción o la industria textil y química sus grandes bazas. Y como punto de obligado paso hacia la costa Brava y la frontera con Francia, ha desarrollado unas importantes infraestructuras así como un elevado número de ferias y eventos durante todo el año, entre los que destacan festivales de teatro, música clásica, florales, de gastronomía o de jazz, entre otros, que llaman la atención de un gran número de viajeros.

Planear un viaje por Girona -nombre que recibe la ciudad en catalán- es contemplar alguno de sus monumentos más emblemáticos como, por ejemplo, la catedral de santa María que empezó a ser construida en el siglo XI y  tardó hasta siete siglos para que se terminara, el barri vell o casco antiguo con su emblemática muralla, la casa de l´Ardiaca, el paseo, el palacio episcopal, la pia Almoina, la casa Pastors, las casas sobre el río Oñar -de obligada visita- pintadas de colores al más puro estilo europeo, la judería medieval, los baños árabes, la plaza de la independencia, la rambla de la libertad, los diferentes puentes sobre el río anteriormente mencionado dónde destacan el de piedra y el de hierro, el edificio de correos de principios del s. XX, el antiguo hospital santa Caterina, sus diferentes museos como el de arqueología de Cataluña, el de historia, el de arte, el capitular, el judío o el de cine, el espectáculo de las flores en mayo, el parque de la Devesa, el puente Eiffel, la cala d´aiguafreda, el santuario de mare de deu del Mont, la iglesia del sagrado corazón, el jardín de los Maristas, el edificio fontana d´or, el bonito pueblo de Selva de mar, la calle de la llebre, su paseo modernista, sus esculturas en plena calle y recorrer éstas en bici son una experiencia inolvidable. Entre sus localidades costeras, destacan poblaciones como Lloret de Mar, Begús y Cadaqués.

Sin duda por lo que algo destaca esta ciudad es por la manifestación de las diferentes expresiones artísticas. Viajar a Gerona es adquirir alguna muestra pictórica, fotográfica o alguna de sus esculturas que se venden en las diferentes salas de exposiciones. También es tradicional, la artesanía tallada en hierro forjado, la alfarería negra, comprar su dulce típico llamado xuixo o su famosa butifarra dulce y los souvenirs que venden los artesanos en el pont de pedra. Antes de practicar senderismo, ciclismo o alguno de los deportes que inspiran sus rutas hay que probar su gastronomía dónde destacan los productos tradicionales de la huerta como son los tomates, los calabacines o la berenjena. El bacalao, la merluza o el rape son alguno de los pescados más típicos y es que se trata de una zona con una gran consumo de productos del mar. Y entre sus guisos destaca el uso de caracoles para acompañar al conejo o a la perdiz -muy típico-, los pies de cerdo, la olla de pescadores, las setas y el arroz. Otro de sus platos típicos es el cassoulet a base de alubias, carnes y embutidos varios. Las cocas y la crema catalana son sus postres estrellas, entre las frutas la manzana y para beber los vinos rosados o el ratafía, un licor hecho con hierbas y nueces.