Viajar a La rioja

La Rioja

Viajar a La Rioja es visitar una de las provincias vinícolas por excelencia de España, y con Denominación de Origen gracias a su elevado número de bodegas y el negocio que éstas manejan. Situada al norte del país y sin salida al mar, tiene a Logroño como capital y además 174 municipios más que suman una población total de más de 322.000 habitantes. Se divide en tres subregiones, La Rioja Alta, Media y Baja y el famoso río Ebro transcurre por el norte de la comunidad mientras que otros pequeños hacen lo propio por el sur. Sus grandes y numerosas laderas hacen de este región una de las más diversas en cuanto a flora y árboles diferentes. Logroño es su capital y aúna a casi la mitad de la población, con más de 150.000 vecinos. Tiene particularidades culturales propias como la jota riojana y en ella transcurre parte del famoso Camino de Santiago. Las fiestas locales relacionadas con la vid se reparten por todo el año y su ocupación por los romanos no llegaría hasta el s. II a.C, antes estaba habitada por diferentes tribus y en ella se han encontrado restos arqueológicos así como huellas de dinosaurios.

Un paseo por La Rioja y el esplendor de su naturaleza y su arquitura debe empezar por hacer un viaje a Logroño, su capital. Considerada antaño lugar de paso y cruce de caminos, fue disputada por los diferentes reinos que albergaba la Península Ibérica en la Edad Media. Es uno de los municipios que más ha aumentado su población desde los años 80 y en él se cifran un total de hasta un 17% de inmigrantes. Su economía está basada en la industria, sobre todo la maquinaria, metalúrgica, calzado, artes gráficas y carrocerías de autobuses, así como el sector bodeguero y el de servicios. En la totalidad de la comunidad autónoma, sus bazas son la madera, alimentación, textil, turismo y. en menor medida, a actividades relacionadas con la ganadería. Planear un viaje por Logroño es destacar algunos lugares de obligada visitada como son la concatedral santa María de La Redonda del s. XII, iglesias medievales como las de santa María de Palacio, san Bartolomé o Santiago, la muralla del revellín, el puente de hierro y el puente de piedra, ermita de san Gregorio, convento de la Merced, el modernista cuarto puente, el convento de Madre de Dios o el de Valbuena del s. XV, el archivo histórico provincial, multitud de palacios como el de los Chapiteles, Espartero, Espolón, marqueses de Legarda o el de Monesterio, teatro Bretón, mercado de san Blas, la casa de la Virgen, la casa de la Inquisición, la fuente de los riojanos ilustres en la gran Vía, el puente romano de Mantible, espacio Lagares, la fuente del peregrino, monumentos a personajes ilustres que inundan sus calles como los de Espartero, Gorgorito, Sagasta, Valvanerada, la casa de la ciencia, los restos romanos de Varea, el ayuntamiento, el cubo del revellín, museo Würth de arte contemporáneo, plaza del mercado, la universidad, otras carismáticas plazas como la del ayuntamiento,  Francisco Martínez Zaporta, san Bartolomé, la Ribera o parques como el de los enamorados o el del Pozo Cubillas. Las calles de Logroño son un conglomerado de arquitectura bien cuidada con reminiscencias históricas y adaptaciones a los nuevos tiempo, la del Laurel por ejemplo es famosa por sus bares, Portales es famosa por sus edificios, la de Bretón de los Herreros y san Juan también reúnen gran cantidad de negocios de hostelería. La avenida de la Paz, la calle ruavieja y las cinco tiendas comerciales que forman el paseo de las 100 tiendas son las preferidas para irse de compras. Fuera de la capital, merece la pena viajar a la batalla de las flores de Laredo, otra de sus grandes poblaciones, la naturaleza de Peñarrubia, el Pico de paña de Cillorigo de Liébana, Castro Urdiales y sus quesos, Reinosa y su famoso mercado tradicional, Lienda, Comillas, Somo, etc...

Viajar a Cantabria es adquirir productos de madera, juguetes, ropa -sobre todo abrigos-, alpargatas, bisutería, cestería, encuadernaciones y cerámica. A la hora de comer, la gastronomía cántabra es bastante parecida a la vasca y a la navarra. El cordero y las perdices además de otros animales de caza destacan en sus números platos así como los lácteos y los embutidos. Alguno de sus platos más característicos son el cordero en caldereta, patatas a la riojana o con chorizo, sopas de ajo o sopas canas con pan y leche, menestra de verduras, pisto riojano, pochas, callos a la riojana, perdices escabechadas, chuletas de cordero al sarmiento o bonito con tomate, por ejemplo. Y en cuanto a sus postres, en todo viaje a La Rioja hay que probar los fardelejos, un pastel de hojaldre típico relleno, mazapanes, ahorcaditos o los rollos. Sus vinos con D.O son mundialmente conocidos, también existe cava propio, licor o zurracapote.