Viajar a León

León

Viajar a León es visitar una capital histórica de la Península Ibérica, fundada como campamento militar romano el año 29 a. C. En el s. X fue capital del Reino de León y su papel en la reconquista cristiana fue clave, llegando a albergar una de las primeras Cortes de la historia de Europa. Tras un estancamiento en la edad moderna, los planes de modernización y ensanche de la ciudad en la primera parte del 1800 fueron vitales para su desarrollo. Forma parte del camino Santiago y su relativa cercanía a la cordillera Cantábrica le otorga temperaturas más suaves de lo habitual en estas tierras pertenecientes a la comunidad de Castilla y León, con heladas bastante frecuentes. Sus ríos son el Bernesga y el Torío y está situada en un marco de relieve plano y de frondosa vegetación. Entre los pilares de su economía está el sector servicios, las nuevas tecnologías y el turismo. Las históricas malas comunicaciones de la ciudad, continuamente reivindicadas por su población, siguen perjudicando el asentamiento de industrias y otros sectores económicos importantes para el desarrollo pleno de la ciudad.

Trasladarse a León es visitar lugares de interés como, por ejemplo, la catedral de santa María del s. XIII, la basílica de san Isidoro de arte románico, al antiguo convento de san Marcos impulsada por los Reyes Católicos, la casa Botines, el palacio de los Guzmanes, la iglesia de san Marcelo, la plaza Mayor del s. XVII, el antiguo consistorio, el palacio del conde Luna, el palacio medieval, la puerta del Castillo en el s. XVIII, iglesias como la de san Salvador del Palat del Rey o la de nuestra señora del Mercado, palacios como el don Gutierre, el de marqués de Torreblanca, el de los marqueses de Prado, el medieval del s. XII, el palacio episcopal, la judería del puente Castro, la casa de las carnicerías, la capilla del cristo de la Victoria, el convento de las Concepcionistas del s. XVI, sus murallas del s. I, el barrio viejo o húmedo, la plaza Mayor o de san Martín tam emblemáticas, la tradicional calle Ordoño II, esculturas como La Negrilla, el monumento a la lucha leonesa, Guzmán el Bueno o la fuente de la plaza del Grano o el paseo de Papalaguinda. Sus museos como el MUSAC de arte contemporáneo, el de la Colegiata de san Isidoro, el catedralicio, el bíblico, el de la ciudad, el de Sierra Pambley o el de la Fundación Vela Zanetti son otros lugares turísticos por excelencia, así como la plaza de toros y teatros como el Trianón o el Emperador de los años 50 del pasado siglo. Ponferrada, Carucedo, Puebla de Lillo, Astorga, Riaño o Villafranca del Bierzo son algunos de los muchos municipios leoneses que merece la pena visitar por su paisaje y su arquitectura.

De compras por las calles de León hay que tener en cuenta que lo tradicional es hacerse con alguno de sus productos artesanales fabricados con fibras vegetales, instrumentos musicales, joyería, cerámica o piedra. Viajar a León es pararse y degustar su rica cocina, puramente montañosa, procedente de la caza. Sus embutidos y quesos son famosos así como la trucha de la pesca en sus ríos. Las legumbres acompañan a infinidad de platos, algunos tan famosos como el lacón con grelos, el cocido maragato o el montañés, caldereta de cordero, empanada de batallón, bacalao en salazón, morcilla de león, olla berciana, sopas de ajo, berzas o la chanfaina. En las frutas, las manzanas y las peras o los arándanos son las más populares y en cuanto a su repostería, sobresalen las yemas, las tartas de trucha, mantecados, imperiales, nicanores y lazos, frutas en almíbar o higo imperial, entre otros muchos. Los vinos del Bierzo son los más famosos.