Soria
Viajar a Soria es trasladarse al curso más alto del famoso río Duero, lugar de intensas heladas durante el verano y con unos veranos más suaves que la mayoría de las ciudades de la Península Ibérica. Su fundación es romana pero el municipio de Numancia es un importante enclave prehistórico que ha dado pistas sobre la habitabilidad de esta zona desde hace miles de años. En la reconquista cristiana, Soria marcó la línea que separaba a musulmanes y cristianos gracias a su río. Es una de las capitales más pequeñas de Espala, situada en la comunidad de Castilla y León y aglutina alrededor de 40.000 vecinos. El puntal de su economía es el turismo rural y aquel relacionado con los monumentos y reductos arqueológicos. Otros sectores importantes son el sector servicios, el transporte, trabajos relacionados con el mundo del motor, servicio doméstico e industria. La agricultura sigue empleando a un pequeño pero importante grupo de población.
Dejarse caer por esta ciudad típicamente castellana es disfrutar de un viaje que transporta el turista a otra época. Algunos de sus sitios de interés son su plaza mayor, numerosas iglesias como la de santa María la Mayor, san Agustín el viejo, san Miguel, san Ginés, san Juan de Rabanera, santo Domingo o san Nicolás, numerosos conventos que demuestran su pasado religioso como son los de san Agustín, san Juan de Duero, san Polo, de la Purísima Concepción, santa Clara, la concatedral de san Pedro, ermitas como la de san Saturio o nuestra señora de la Soledad, entre otras, su famoso y emblemático castillo, plaza toros, las ruinas de san Nicolás, el instituto Antonio Machado, la Alameda de Cervantes, el palacio de los condes de Gómara, plazas tan populares como la de san Clemente, san Bernardo Robles o la del Olivo, calles céntricas como la de Caballeros, Aduana Vieja o del Collado, su museo diocesano, el medieval o el numantino o la casa de los poetas de Soria. Otros municipios dignos de visitar en todo viaje que se precie por la belleza de su arquitectura y de sus paisajes son Ucero con su cañón del río Lobos, Vinuesa y su laguna negra, el pueblo de Calatañazor, Medinaceli, Numancia, Gormaz y su fortaleza, Almazar, Molinos de Duero, Ciudad de Osma o Berlanga de Duero y su castillo, entre otros muchos.
Ciudad eminentemente medieval, viajar a Soria es adquirir algunas piezas de su artesanía más tradicional como, por ejemplo, el vidrio, la alfarería o su cerámica decorada. En su gastronomía, destacan los productos cárnicos procedentes de la ganadería y los lácteos como el queso de oveja o el de cabra. Las alubias y las habas están presenten en infinidad de platos sorianos, algunos tan populares como los aluviones con oreja. Otros platos famosos son el lomo embuchado, cordero asado, paturillo a base de callos y manitas de cerdo, somarro de cordero, truchas asadas, toro guisado, la chanfaina, cardos, migas del pastor o níscalos a la cazuela. Los embutidos de Soria también son importantes como la morcilla con pasas. En la repostería, sobresalen las paciencias de Almazán, yemas, sobadillos o mantecados, entre otros. Y para beber, completar el viaje con vinos castellanos o el zurracapote, extensible a otras comunidades.
[+] MÁS INFORMACIÓN