Viajar a San marino

San Marino

Viajar a San Marino es, digamos, como visitar una parte más de Italia pero sin serlo de forma oficial. Está rodeado de territorio italiano y es un microestado de apenas 32.000 personas. En 1631 el papado reconoció su independencia y pese a las luchas napoleónicas, su independencia ha sido siempre respetada. Aunque depende mucho de Italia, su crecimiento económico gracias al pujante sector de las finanzas ha hecho que éste sea un territorio más rico que el propio país italiano. El turismo representa la mitad de su economía y su industria tiene un crecimiento moderado y no destaca. No está dentro de la zona euro pero usa el euro como moneda oficial, lo que facilita a los europeos la tarea de viajar. Solo el Vaticano y Mónaco son estados más pequeños que él. Y está formado por nueve municipios o castellis.

Su capital es Serravalle, en el extremo norte del país. Se trata de un enclave deportivo en Europa con una gran tradición en deportes como el fútbol, balonmano, ciclismo o natación. Viajar a San Marino es visitar alguno de sus emplazamientos más emblemáticos como son el monte Titiano, de dónde ver la totalidad del país, el parlamento, el castillo, el museo de la tortura, la iglesia de san Francisco o el museo de la armada moderna. Las vista paisajística del país y su proximidad a otros enclaves turísticos italianos como Venecia hace que el país recibe un elevado turismo de paso.

Viajar a San Marino es ir en busca de moda. En su viaje el turista verá como el país no ofrece productos o souvenirs típicos más allá de cerámica pintada pero sí una importante gama de tiendas de ropas outlet que llama la atención de sus visitantes, que suelen incluso ir a ella solo para realizar compras. Su gastronomía es típicamente italiana, y la pasta, los quesos y las verduras son sus principales ingredientes. Destacan platos como el nidi di rondine, un plato de pasta al horno con jamón, ternera, queso y salsa de tomate, las piedas o piedinas servidas en pan de pita y elaboradas a base de mozzarella. Para el postre, la torta tre monti de chocolate y el cacciatello, un postre hecho con miel, azúcar y huevo similar al flan. San Marino produce sus propios vinos famosos.