Mikonos
Viajar a Mikonos es visitar una pequeña isla griega con apenas 10.000 habitantes y de solo 85,5 km². De calles empedradas y casas blancas, Mikonos pertenece a las Islas Cicladas y sus largas y cristalinas playas le otorgan un papel cada vez más relevante como destino turístico. Sin grandes montañas y caracterizada por su tierra llana y sus pequeñas colinas, es uno de los archipiélagos más visitados del mar Egeo. Sus yacimientos arqueológicos son junto al turismo de sol y playa una combinación tremendamente llamativa, sobre todo para los cruceros que se acercan a ella durante buena parte del año. Y todo ello, ayudado por un clima suave y cálido típicamente mediterráneo que le proporciona de forma constante agradables temperaturas. Tribus originarias de Caria, una antigua región de Turquía, fueron sus primeros pobladores ya en la época del Neolítico.
Luego les seguirían egipcios, fenicios, krites y jónicos, quienes, llegaron a esta isla desde Atenas en el siglo IX a. C. En la época del Imperio Bizantino, Mikonos pasó a formar parte de la provincia de Aquea y, después de la abolición de Constantinopla, cayó en manos de Venecia. En el siglo XVI, Mikonos fue ferozmente atacada por el pirata Barbaroja y pasó, nuevamente, a manos de los turcos convirtiéndose durante más de un siglo en refugio de delincuentes y piratas que surcaban el mar Mediterráneo. Los graves conflictos que la acechaban, y las continuas peleas entre turcos y venecianos por hacerse con su poder aceleraron el despoblamiento de la isla hacia el siglo XVII. Gracias a los francos, que la utilizan en su ruta hacia Grecia y Turquía, Mikonos vuelve a revivir, un siglo más tarde, como puerto comercial con un incremento paulatino de habitantes y empezando un siglo XX con un turismo en alza década a década.
La capital de la isla es Hora o Mykonos town y viajar a Mikonos es visitar, en primera instancia, sus inmediaciones para continuar el camino por toda la isla. Es importante visitar, el barrio de la pequeña Venecia lleno de bares, barcos y lugares de ocio con sus casas de colores, su puerto pesquero, la iglesia ortodoxa y el museo etnográfico. Destacables son sus playas, Agios Ioanis, Paraga, Psaraou, Platis Gialos, Paradise Beach, Ornos, Agrari, Kalo Livadi, Elia, Ftelia, Kalafatis, Panormos, Houlakia, Agios Stefanos, Megali Ammos y Kapari. También hay que visitar el barrio del Castillo y su conjunto de iglesias de Paraportianí, sus molinos de viento en la parte alta, la casa de Lena, museos como el arqueológico, el folclórico y el naval, la localidad de Ano Merá con las ruinas de Paleokastro del siglo XIV, el Monasterio de Panagía Turlianá y su campanario, las ruinas de Portes en Lino, acercarse a las próximas islas de Delos y Tinos, el barrio de artistas Alefkandra y la plaza Taxi, epicentro del importante turismo gay del que hace gala la isla.
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