Madrid
Viajar a Madrid es no solo hacerlo a la capital de España si no al epicentro de la Península Ibérica desde dónde se puede comunicar todo el país. Madrid es una de las grandes capitales de Europa, la tercera más poblada detrás de París y Londres ya que reúne a cerca de 7 millones de habitantes si contamos con la población que reside en su área metropolitana. Albergas las sedes del gobierno como son las Cortes, el Parlamento y el Senado. Y está en el top ten de ciudades en el mundo con más presencia de multinacionales. También es el sitio de residencia de los Reyes de España y está dividida en 21 distritos y estos a su vez en barrios. Algunas de las poblaciones existentes en la Comunidad de Madrid, de la que también es capital, llegan a tener más habitantes que muchas ciudades oficiales del resto del país.
Está bañada por un río histórico, el Manzanares y lejos de las grandes afluencias urbanas posee una sierra cada vez más concurrida, sobre todo para deportes de invierno y escapadas al aire libre. Su economía supone el 10% de la renta nacional y el sector servicios es el puntal de la capital. La industria, los servicios financieros y su inmenso parqué empresarial -aglutina el 72% de las grandes empresas del país- son otras de sus grandes bazas económicas. Ha sufrido un pujante aumento de energía renovable y su elevado número de congresos y eventos, dónde destaca IFEMA, la colocan en un puesto destacado en Europa siendo su aeropuerto de Madrid-Barajas, de los más transitados del mundo. Además posee un elevado número de universidades que atrae a un gran número de estudiantes y profesionales de todas las partes del planeta.
Viajar a Madrid es visitar no solo la ciudad más turística de España, también es la sexta de Europa en aglutinar más viajes. Posee joyas arquitectónicas de todos los periodos de la historia del país, lo que demuestra la importancia de la ciudad desde tiempos inmemoriables. Algunos de sus lugares de obligada visita son el Palacio Real, el centro neurálgico de la ciudad como es la famosa Gran Vía, la Puerta del Sol símbolo de la resistencia nacional contra la invasión napoleónica, la Puerta de Alcalá, pintorescos y multiculturales barrios como Lavapiés o La Latina, el templo de Debod, el impresionante parque del Retiro, Círculo de Bellas Artes, la pradera de san Isidro, la bucólica Plaza Mayor, el parque del Capricho, el palacio de Cristal, el Real Jardín Botánico, la catedral de la Almudena, la plaza de santa Ana, museos como el del Prado o el Thyssen-Bornemisza, las torres KIO, la plaza de Oriente, el oso y el madroño, el barrio gay de Chueca, la plaza del dos de Mayo, el lago de la casa de campo todo un emblema de la ciudad, el parque Warner, el zoo, el edificio Metrópolis, la casa encendida, la plaza de toros de las Ventas, la plaza del Ángel Caído, el parque del Oeste, el cine Doré o filmoteca española, la fantasmal estación de metro de Chamberí, la histórica calle Alcalá, los edificios históricos del centro de la ciudad, las caras tiendas del barrio de Salamanca y de la calle Ortega y Gasset, los musicales de la Gran Vía, el palacio de Linares, la fuente de Neptuno, la estatua de Felipe III, el monasterio de las Descalzas Reales, la iglesia de san Ginés, el paseo de Recoletos, la Castellana, el parque de Berlín, el museo arqueológico, la estatua de Mariblanca, el edificio de Tabacalera, la plaza de Colón, el Ateneo y un sinfín más de localizaciones que visitar lo que demuestra la importancia turística de Madrid y la importancia de planear una ruta a la hora de viajar a la capital de España.
Entre sus productos típicos, la ciudad ofrece a los turistas souvenirs que van desde diferentes camisetas, gorras, tazas o bolsos con los símbolos de Madrid hasta productos de cerámica y pintura. La enorme tradición artística y museística de la ciudad hace inevitable irse sin comprar alguna representación de alguna obra de arte que se exponen en sus museos. El gran número de tiendas que ostenta la capital de España llama la atención de vecinos de otras ciudades del país que visitan Madrid para completar jornadas maratonianas de compras, a parte de una de las mayores ofertas de ocio y vida nocturna de Europa. En cuanto a su gastronomía, Madrid se caracteriza por una comida del pasado que aún hoy en día sigue siendo la más popular. En la época medieval la carne estaba restringida para la aristocracia y otros manjares quedaban a merced del pueblo que, sin embargo, han hecho de ellos sus platos principales como los callos, los entresijos o las zarajos. La carne de caza, de gran tradición en la ciudad, es muy consumida: perdiz, conejo, faisán y con ello, los embutidos. Sus tascas y tabernas han popularizado como en ningún otro rincón platos rápidos como los calamares a la romana, las albóndigas o la tortilla de patatas. Los encurtidos y las fresas y los melones son muy consumidos. Entre sus platos más conocidos, el cocido madrileño, la sopa de ajo, caracoles a la madrileña, judías, oreja a la plancha o huevos estrellados. En el postre, destacan los churros, bizcochos y caramelos de violeta. Y para beber, es inevitable viajar a Madrid y no probar alguno de los vinos de la región, la leche merengada y, curiosamente, el agua, una de las más reconocidas de España.
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