Viajar a Benin

Benin

Viajar a Benin es viajar a una antigua colonia francesa situada en el suroeste de África, de apenas 112.000 kilómetros cuadrados con una pequeña salida al océano Atlántico y en el que residen 9 millones de habitantes. Su origen data de la unión de varias etnias  del territorio debido al proceso colonial y en un momento especial cruel para Benin como fue la caza de esclavos. Además se trata de uno de los países menos conocidos y más enigmáticos de toda África, independiente desde 1960 y donde el francés es el idioma oficial.

Está dividido en seis departamentos y 12 provincias,  y el río Níger es el más famoso de cuantos pasan por él. Sabanas y zonas áridas ocupan gran parte de su geografía y su clima es caluroso durante parte del año pero con muchas más lluvias que en otros países de su continente. El este del país está cubierto por la selva y en su economía, la agricultura sigue siendo el método de subsistencia de un gran número de personas. El cristianismo es la religión predominante y la alfabetización, muy escasa, la gran asignatura pendiente. A parte sus recursos naturales son aprovechados por los extranjeros y el estado no ha mejorado ni la industria ni la infraestructura del país, un territorio que apenas ha cambiado con el pasar de las décadas. El país tiene reserva de piedras preciosas y petróleo.

Si se decide viajar a Benin, se debe visitar su capital, Porto Novo. Es, tras Cotonú, la ciudad más grande del país. Es también donde mayor producción agrícola hay, algodón y aceite de palma por ejemplo son los productos más cultivos. Sus principales sitios de interés son el museo de etnografía, su cercanía al parque nacional Pendjarí, el instituto de altos estudios, la gran mezquita, el palacio del gobernador, la gran plaza de jardín place Jean Bayol, el museo da Silva de historia, el palacio del rey Toffa, Python Tempel, el palacio real, la bahía y sus impresionantes parajes naturales apenas tocados por la mano del hombre, entre otros.

Su artesanía se basa en productos decorativos realizados en nikel, madera, hierro y bronce, sobre todo vasijas y cajas. Y a la hora de comer, maíz, arroz, buey, pollo y mucha fruta forman parte indispensable de una gran cantidad de platos autóctonos. Algunos platos, el gari gnignan con tubérculos y frutos secos, guisos de cabra, cereales con pescado, batata y mandioca, maíz con verduras o pollo con legumbres variadas. De postre, dulces de frutas o a base de cacahuetes. Para beber, zumos, agua local con famosas propiedades, cerveza local y aguardiente, además de moka.