Viajar a Kenia

Kenia

Viajar a Kenia es visitar un típico país de la costa sureste del continente africano. Formado por más 34 millones de personas en su más de medio millón de kilómetros cuadrados, Kenia es la imagen viva de los safaris y los espectaculares parajes que ofrece África. Bañada por el mar Índico, el lago Victoria es una de sus señas de identidad y el país recibe su nombre por el apabullante monte Kenia. Sus tierras están habitadas desde hace más de 20 millones de años y las inmediaciones del lago Turkana han dado fe de ello. Alemania y más tarde Gran Bretaña colonizaron sus tierras a partir del siglo XIX, fecha tardía por lo que hoy aún son mayoría las tribus autóctonas de la zona que la habitan desde tiempos inmemoriables. En los años 60 y de la mano de un grupo moderado y progresista, Kenia logró la independencia de Reino Unido. En su corta vida independiente, ha vivido un fallido golpe de estado en los años 80 y sus primeras elecciones multipartidistas y democráticas en los 90, aunque no sin ello darse sucesivos capítulos de batallas étnicas durante años por el control de las diferentes zonas.

El país se divide en ocho territorios, incluyendo la capital Nairobi. Cuenta con dos ríos importantes y vitales, el Tana y el Athi-Glana-Sabaki, además de lagos como Victoria, Turkana, Baringo, Nakuru, Hannington... Tiene 536 km de costa con clima tropical, y árido en el interior del país. La religión cristiana es la predominante, aunque en su interior la amalgama de religiones es extensa. Su población crece a ritmos considerables, pasando en 100 años de tener poco más de 1 millón de habitantes a 30. En cuanto a su economía, tiene una de las tradicionales industrias turísticas de África con sus famosos safaris pero también la producción de alimentos y cervezas, cemento, vehículos, energía hidráulica... siendo de las zonas más industrializadas del sur de África.

Su capital es Nairobi dónde residen más de 3 millones de personas y dónde destacan sus grandes rascacielos, en contraposición a la imagen clásica del país. Fue fundada en 1899 y es una de las más económicamente desarrolladas. Tiene un clima caluroso pero muchísimo menos que otros países del continente y los montes Kenia y Kilimanjaro la rodean. Cosmopolita y cultural, tiene varias universidades de prestigio de su continente y el parque nacional de Nairobi es uno de sus máximos alicientes turísticos. Su población es, económicamente, de contrastes.

Visitar Kenia es visitar alguno de los puntos más importantes  de su capital como el valle del Gran Rift, las montañas Ngong, el centro de jirafas, el museo de Memorias de África, City Square, Pango Gourmetbrasserie, la reserva Karura, las tradicionales Bomas, el museo nacional, el archivo nacional, la estatua a Tom Mboyoa, el centro de conferencias Kenyatta o los jardines Uhuru, entre otros. Sin embargo, el resto del país esconde la auténtica esencia natural de Kenia, como por ejemplo, la isla Lamu, Mombasa, Malindi, lagos como el Turkana o el Naivasha, la reserva nacional de Masai Mara, el parque Tsavo... además de la práctica de deportes acuáticos de gran tradición en este país, uno de los más seguros de África.

En cuanto a su artesanía, los productos de la tribu de los Masai son los de más éxito: collares, lanzas... todo hecho a mano, como no. Piedras preciosas, esculturas de madera, máscaras, tapices... Viajar a Kenia es probar, también, su gastronomía. A diferencia de otros países menos cultivables, Kenia sí tiene frutas y verduras, a parte del tradicional marisco. La influencia árabe y oriental se nota en cada uno de sus platos. Destacan, carne a la barbacoa, tilapia con verduras, langostinos pili pili, col silvestre, samosas o empanadillas rellenas, mukimo, ugali, arroz hindú con cominos, canela y cardamomos... y, para postre, matoke, un plato de plátano con limón y una especie de alubias, además de otras frutas como piñas, coco, chirimoyas, papaya y mangos. La bebidas bebidas típicas son la cerveza, el vino, zumos y el chai o té con leche y azúcar.