Viajar a Seychelles

Seychelles

Viajar a Seychelles es trasladarse a pleno océano Índico, a un conglomerado formado por 115 islas tropicales y a una extensión que supera los 455 kilómetros cuadrados. Su idioma es el criollo autóctono y, como fruto de la colonización, el francés y el inglés. Tiene una población superior a los 81 mil habitantes y se independizó de Reino Unido en 1976. Estas islas estaban deshabilitadas hasta la llegada de los comerciantes portugueses en 1505 aunque no fue hasta el siglo XVIII cuando franceses e ingleses llegaron a ellas, tras más de dos siglos de asedio de piratas y corsarios. Después de las guerras napoleónicas, a principios del siglo XIX, los ingleses consolidaron su presencia en la isla. Están formadas por 25 distritos y tiene un sistema democrático totalmente consolidado.

De todas sus islas, solo 33 están habitadas y la isla Mahé es la más importante y  la de mayor tamaño, dónde está la capital del país, Victoria. El monte Seychellois es la montaña más alta de las Seychelles y este, al igual que la mayoría de archipiélago, son de origen de granito. También hay un número elevado de islas de coral. Su temperatura mínima es de 24 grados en invierno, lo cual convierte a este país marítimo en todo un paraíso y un sitio predilecto para el turismo. El catolicismo es el idioma predominante, aunque también destacan los anglicanos. Y en su economía, destaca el turismo, la pesca, la industria alimentaria relacionada con el coco o la vainilla, los muebles... a lo que ayuda su condición como paraíso fiscal.

Su capital es Victoria, que reúne un tercio de la población total del país. La exportación de otros productos como guano o jabón forman parte también de su economía. Posee el único aeropuerto del país y fue la sede colonia de Reino Unido en la época moderna. Tiene lugares de interés como por ejemplo, la torre del reloj, la catedral de san Pablo Apóstol, la Kenwyn House, el mercado Sir Selwyn Selwyn-Clarke, el museo de historia natural, el jardín botánico, el museo de arte, famosas playas como las de Takamaka, Beau Vallon o Anse Soleil, sus numerosos parques naturales o disfrutar practicando deportes acuáticos, golf o contemplando el avistamiento de tortugas gigantes.

Volver con un recuerdo de las Seychelles es fácil. Se puede optar por comprar sus típicos pareos, camisetas, objetos de mimbre y cestería, sombreros, joyas de coral (y de oro), conchas y maquetas de barcos. Viajar a las Seychelles es también degustar algunos de sus platos más típicos basados en verduras, pescados y frutas más que en carne. La materia prima de estas islas es de excelente calidad y muy valorada entre los vecinos de alrededor. Alguno de sus platos más populares son, pulpo con leche de coco, calamar, sopa de cebolla, ajos, jengibre y perejil, el palourd, frutas al curry, pez loro... requin, cbourgeois grillé, soupe de tectec, bouillon bréde, cari bernique, la famosa ensalada de millonarios... y de postre, los zumos de frutas tropicales como la papaya o el maracuyá, también los helados. En cuanto a las bebidas, destacan las cervezas de origen inglés, el té y la citronelle, un té de hierbas que se prepara con una hierba aromática propia de los montes llamada andropogón.