Viajar a Túnez

Túnez

 Túnez viene ejerciendo de puente entre África y Europa durante más de 3.000 años. La República Tunecina se asoma al mediterráneo desde el norte del continente africano, arropada entre Argelia y Libia. Quizás por su situación estratégica entre continentes, las diferentes civilizaciones que han pasado por las tierras tunecinas han dejado su huella en este bello país. Los bereberes indígenas se han cruzado con fenicios, romanos, árabes, otomanos, turcos y franceses  Fueron los fenicios quienes fundaron Cartago, una ciudad clave para el comercio y tráfico marítimo durante siglos.

 Túnez es un país de contrastes que se reflejan en su paisaje mitad desértico sahariano y mitad fértil. Casi un millón de los más de 10 millones de tunecinos viven en la capital, Túnez. El hecho de que más de 250 hectáreas de esta ciudad estén protegidas por la UNESCO apunta a su riquísimo patrimonio histórico, arquitectónico y cultural. Una de las ciudades más majestuosas y poderosas del mundo árabe entre los siglos XXII y XVI, Túnez alberga cientos de monumentos que deleitarán al viajero: palacios, madrazas, criptas, mezquitas, hammams y fuentes. También merece la pena pasear por la medina árabe, las construcciones militares y la mayor colección de mosaicos romanos policromados en el Museo Bardo.

 Cartago, declarada Patrimonio de la Humanidad, fue un punto clave del imperio fenicio y un gran núcleo de comercio para todo el Mediterráneo. Destruida durante las Guerras Púnicas, los romanos victoriosos la reconstruyeron parcialmente y hoy es un gran destino turístico donde se pueden vislumbrar destellos del esplendor de su pasado.

 Túnez también cuenta con magníficas playas arenosas en las que descansa el Mediterráneo. Jerba, Hammamet o Sousse son destinos muy populares mientras que las zonas más remotas y tranquilas como El-Mansourah o la recóndita costa norte. Si preferís el oleaje de las dunas al del mar, Túnez también es el destino para vosotros. Ya sea a bordo de un 4x4, a lomos de un camello o de un ultraligero, el desierto tunecino y los asentamientos de Douz o de Tozeur os transportarán a los tiempos de Lawrence de Arabia.

 Túnez es un crisol de culturas e influencias que ofrece un mosaico de aventura, historia, relajación, hospitalidad y cultura. Un destino verdaderamente imprescindible.