Viajar a Yemen es hacerlo al sur de Oriente Medio en la península de Arabia. Se trata de una de las regiones más antiguas de la civilización y el comercio de especias fue clave para su progreso hasta el siglo VI. Más de 20 millones de personas habitan sus tierras y se independizó del imperio otomano en 1918. El actual territorio es fruto de la unión entre los países anteriormente separados Yemen del norte y Yemen del sur. Está dividido en 20 gobernaciones y sus costas están bañadas por el mar de Arabia, el golfo de Adén y el mar Rojo. Al este, un gran desierto predomina su geografía mientras que el resto del país está cubierto de elevadas montañas.
Los musulmanes son prácticamente la totalidad de sus habitantes y su economía sigue siendo arcaica donde la agricultura y la ganadería predominan sobre otros sectores. Sin embargo, el turismo se está fomentando como un nuevo y exótico modo de vida. Su capital es Sanaa, lugar islámico por excelencia y de un elevado número de mezquitas. Actualmente el país se encuentra en un punto vital de desarrollo de sus infraestructuras y comunicaciones, claves para su desarrollo así como la modernización de su puerto. El crecimiento año tras año de su población está en contraposición al de su economía, algo que perjudica su progreso.
La capital, Sanaa -declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- aglutina los focos turísticos más importantes como son su precioso casco antiguo, la gran mezquita Saleh, la Jambiya -su centro neurálgico de compras-, el famoso palacio sobre la roca, Dar el-Hajar, su famosa arquitectura árabe, el mercado central Souq al-Milh y sus 40 zocos, sus murallas y sus famosos rascacielos de abobe en el mismo desierto. Sin embargo, otros emplazamientos como la playa de Bir Ali, encantadores y mágicas ciudades árabes como Seiyun y la tumba de Ahmad ibn ´Isa al-Muhajir , Ibb, Amran y su cisterna de Hababah, Al-Mukalla y su golfo, son dignos de visitar.
La artesanía yemení está compuesta por productos árabes fabricados artesanalmente como es su bisutería de plata, tapices y sedas, productos de barro, corales y coralinas e inciensos a doquier. Su gastronomía destaca por el elevado número de especies y picantes. En la carne, el pollo y el cordero y en las zonas costeras, el pescado. Los productos lácteos no son muy utilizados. Algunos de sus platos más importantes, es el saltah, una especie de completo y calórico estofado, sopa de lentejas o de cordero -las más famosas shurbas-, Shafut, Bint AlSahn, Jachnun, arroz con verduras y judías, mahsies que son berenjenas o calabazas rellenas, kebabs... y para postres, el bint al sahn, masa de manteca y miel es el más preciado. La bebida tradicional es el shay, un te con o sin leche y con un poco de menta. Y ojo, el agua embotellada, ya que no es habitual el agua potable. También café con cardamomo o cerveza sin alcohol con sabor a manzana,
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