Viajar a Estonia

Estonia

Viajar a Estonia es visitar uno de los estados europeos con  mayor penetración de internet y telefonía móvil. El sector de las TIC tiene hoy en día gran relevancia en el PIB del país. Se trata de un país báltico situado al norte de Europa con una extensión menor, por ejemplo, a la de la comunidad autónoma española de Aragón. Apenas posee 1,3 millones de habitantes y su economía se ha visto beneficiada debido a sus contactos con Alemania, Finlandia o Suecia, sin embargo los conflictos con sus vecinos rusos -de dónde desciende un elevado número de sus habitantes- le siguen perjudicando aún cara a las inversiones extranjeras.

A orillas del golfo de Finlandia se encuentra la capital del país, Tallin. Construida en la edad media, la Vana Tallinn o la ciudad vieja es su parte más emblemática y es dónde se encuentra el ayuntamiento de la ciudad y la plaza más importante. Como curiosidad, en la esquina de dicha plaza se encuentra la farmacia más antigua de toda Europa y que data de principios del s.XV. Las calles Pikk y Lai, la iglesia del Espíritu santo, la iglesia de san Olaf del s. XIII y las famosas Tres hermanas -ahora convertidas en hotel-, unas famosas casas medievales son lugares imprescindibles a la hora de planear un viaje a Estonia. También lo son otras ubicaciones como el edificio de los gremios artesanales, la entrada a la ciudad vieja o Rannuvarav, la torre gorda Margarita dónde se haya el museo marítimo, Viru -la otra entrada a la ciudad-, el pasaje de Santa Catalina, la iglesia de san Nicolás, la colina de Toompea y las curiosas calles llamadas piernas cortas y piernas largas (Pikk Jalg y Lühike jalg).

El arquitecto oficial de la iglesia rusa Mijail Preobrazhensky construyó a principios del s. XX uno de los emblemas de Tallin, la catedral ortodoxa rusa de Alejandro Nevsky, epicentro de las visitas a la hora de viajar a Estonia. Otra de las ubicaciones más importantes de la ciudad es la catedral de santa María y por supuesto, la muralla que rodea la ciudad, de la que aún se conservan casi 2 kilómetros con 20 torres defensivas, algunas abiertas al público. El jardín botánico, el museo etnográfico al aire libre de Rocca al Mare, los viejos barrios de madera Kalamaja, Kopli y Pelgulinn, la prisión de Patarei, el puerto deportivo de Pirita, el parque con estanques  y el palacio barroco de Kadriorg o el museo de arte extranjero son otros puntos a tener en cuenta. Fuera de Tallin también es importante visitar la isla de Saaremaa, la medieval Viljandi y la espectacular estación de tren de Haapsalu.

De compras en un viaje por Estonia es imprescindible hacerse con productos locales como el licor Vana Tallin, sus prendas de lana - chaquetas, jerseys, guantes, cancetines, gorros y bufandas-, el kalev o chocolate estonio y sus productos de ámbar. También las muñecas rusas o matrioshkas son típicas. Y para comer, nada mejor que degustar su anguila marinada, keel - un aperitivo de lengua- , carne de cerdo cocida en jalea, el arenque o la morcilla. Kali es la bebida estona por excelencia, fabricada a base de pan negro o de centeno y de sabor dulce.