Viajar a Lituania

Lituania

Viajar a Lituania es hacerlo a uno de los países del norte del continente más en auge, superada la ocupación soviética que lastro el crecimiento del país. Tiene más de tres millones de habitantes y está situado en el extremo noroeste de Europa. Su economía tiene en sectores como el textil -es el primer productor mundial de lino-, explotación forestal, la alta tecnología, biotecnología, actividades agropecuarias y en los últimos años el turismo y la tecnología láser como sus grandes bazas. Según previsiones económicas, en apenas una década será igual de desarrollado que países del norte como Suecia y más que los países del sur. Está dividida en diez condados, tiene un sistema de gobierno basado en una república parlamentaria y, pese a sus buenas cifras, pierde población cada año ya que su tasa de nacimientos es de las más bajas.

Su capital es Vilna, al sureste limitando con Bielorrusia, y tiene un casco antiguo medieval considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y de los mejor conservados. Los parques, jardines públicos o reservas naturales cubren casi la mitad del país que posee una gran extensión de bosques. Destacan los parques Vingis, Sereikiskés y Kainu como símbolos de orgullo lituano. La ciudad ofrece otras localizaciones dignas de ser visitadas como el castillo alto del s. XIV, la catedral neoclásica, la iglesia de santa Ana de estilo barroco, la universidad de la ciudad del año 1500, el centro de Tolerancia para rememorar el exterminio judío llevado a cabo por los soviéticos, el museo del ámbar, la torre de la televisión de 165 metros dónde contemplar no solo la capital si no el país vecino inclusive, el parque de Europa como homenaje al viejo continente, la plaza Lukiskes que es la mayor de la ciudad y que aglutina todos los ministerios importantes, la plaza Daukantas frente al imponente palacio presidencial, el cementerio judío de Bernardino o el de Antakalnis -con homenaje a los soldados muertos en guerra-, el barrio de Uzupis o de los artistas, la catedral de Theotokos de época medieval, la simbólica calle de la Literatura y el entrañable barrio de Uzupio. También posee 30 lagos y 16 ríos dónde hacer recorridos en barca. Viajar a Lituania es poder descubrir también otras ciudades menos conocidas pero igual de atractivas como, por ejemplo, Druskininka, repleta de balnearios de aguas minerales y curativas o Palanga, con parques botánicos, balnearios, playas y restaurantes.

Entre los productos típicos del Lituania se encuentran los productos de ámbar de colores, como los barcos, las flautas de madera, joyas lituanas, huevos decorados y libros antiguos de la época soviética. Y entre su gastronomía, cabe resaltar el plato nacional llamado Cepelinai, puré de patatas relleno de carne picada acompañado de cuajada o setas. Son precisamente las setas de lo más consumido debido a su enorme cantidad de bosques. También lo son productos como la remolacha y todo tipo de verduras, que cabe degustar en el viaje. Cabe destacar el consumo de kepta duona -un pan frito con salsa de ajo o queso-, de carne de cerdo y de patata. Y entre la bebida, los tés de hierbas, la cerveza, el café expreso y el vodka lituano.