Viajar a Ucrania

Ucrania

Viajar a Ucrania es viajar a la antigua historia soviética. Fue una de las fundadoras de la Unión Soviética en la primera parte del siglo XX, para luego independizarse de ella a finales del mismo siglo. La conforman más de 44 millones de habitantes y está situada en la parte más oriental del continente europeo. Formada por 24 provincias, incluye un estado independiente llamado Crimea, incorporado al país hace poco más de medio siglo. Su religión es el cristianismo ortodoxo, su idioma es el ucraniano -sin embargo el ruso está fuertemente extendido-, y conserva uno de los ejércitos más potentes de toda Europa. Ucrania tiene una economía que tiene en la construcción de todo tipo de vehículos de transportes y naves, una de sus fuerzas más competitivas. El turismo y las TICS - Tecnologías de la información y la comunicación- están despuntando en los últimos años. Su población rural, que produce en gran parte sus propios alimentos, aún sigue siendo numerosa y su falta de infraestructuras sigue siendo un problema para su evolución económica. El país es energéticamente dependiente de Rusia y aún tiene a un importante sector de la población viviendo con bajos recursos. Es una potencia deportiva.

El centro turístico del país se encuentra en Kiev. Planificar un viaje a la capital del estado es hacerlo a una ciudad clave en la historia de la antigua URSS ya que fue clave en la industrialización y modernización del país. Está habitada por cerca de tres millones de personas y tiene al río Dniéper como el más importante de la ciudad. La catedral de santa Sofía es el emblema de esta gran urbe y fue el primer monumento ucraniano es ser considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La puerta de Oro -entrada a las antiguas murallas que la protegían-, el palacio de Mariyinsky, los edificios d´art noveau denominados Casa Gorodetsky, la iglesia de san Andrés, el monasterio de las cuevas de Kiev, el de san Miguel de las Cúpulas Doradas y el de Vydubychi, la estatua de la madre rusa, la catedral latina, la zona de Pechersk Lavra, la plaza de la independencia, el curioso callejón de las ciudades heroicas, el museo de arte moderno Pinchuk, el mercado central, el arco de la amistad y la estatua de 82 metros llamada Rodina Mat, de carácter bélico, son alguno de sus epicentros turísticos más visitados.

Viajar a Ucrania no es solo centrarse en su centro neurálgico a nivel económico, político y cultural como es su capital. El país esconde otras ciudades con encanto a tener en cuenta a la hora de planear un viaje a esta fría región. Yalta o la perla de Crimea como se le conoce, es de las zonas más visitadas. El palacio Vorontsov  y los jardines Nikitsky son de visita obligada. También lo son otras ciudades como Odesa, Zaporizhia, Járkov y su catedral de la Dormición -es la segunda urbe más importante de Ucrania-, la comercial y también típicamente rusa Dnipropetrovsk, la minera Donetsk y la históricamente importante ciudad de Leópolis, con sus edificios artísticos protegidos.

De compras por Ucrania, muchos de sus productos más típicos son bastante parecidos a los rusos: muñecas, artesanía de ámbar, cerámica y madera pintada pero también tapices, alfombras y cuadros típicos de la zona o mantas de lana. Y entre su gastronomía, destacan las sopas de carne, el consumo de embutido y pescado. Alguno de sus platos predilectos tiene que ver con éste último, como la carpa rellena de setas o lucio con salsa de rábano.  El borshch es el plato nacional compuesto por una remolacha con carne, repollo y patatas a la que se le añade crema agria. Otro importante es el v areniki, una serie de bolas de pasta hervida rellena con una variedad de ingredientes. Los postres con frutas, miel y nueces son los reyes de la mesa después de comer y para beber, coñac, vodka, licores fuertes y el uzvar, una compota de frutas.